Una hidratación adecuada es indispensable para la vida a cualquier edad (cerca del 60 % de nuestro organismo es agua). Para mantener un correcto nivel de hidratación, es necesario beber agua y otros líquidos de forma periódica, sin esperar a tener sed. Cuando ésta aparece, puede que ya exista en nuestro organismo cierto grado de deshidratación.
La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) recomienda ingerir 2 litros de agua al día para mujeres adultas, y 1.600 ml/día para niños de entre 4 y 8 años. Entre los 9 y los 13 años se recomienda tomar 1.900 ml/día para niños y 2.100 ml/día para niñas. Se recomienda que el 20-25 % del líquido que tomemos a diario provenga de los alimentos, y un 75-80 % de las bebidas. Todos los alimentos y bebidas que contengan agua hidratan. Además, la variedad en la ingesta de líquidos puede favorecer el alcanzar más fácilmente los niveles adecuados de hidratación. Además de agua, es recomendable tomar otros líquidos y bebidas de diferentes sabores, puesto que su consumo resulta más fácil y agradable, como refrescos que aporten calorías y refrescos sin calorías, zumos, infusiones, café, leche, sopas y alimentos con un alto contenido hídrico, como la fruta y la verdura.
Un 60 % de los españoles reconoce que sólo se hidrata cuando tiene sed, lo que podría significar que ya sufre cierta deshidratación. Por eso, no esperes a sentir sed para beber.
La niñez y la vejez son etapas de la vida en las que se debe cuidar aún más la hidratación, junto con el embarazo y la lactancia. Con la edad disminuye la sensación de sed, por lo que las personas mayores son susceptibles de consumir menos líquidos. A estas edades, se recomienda beber más a menudo y en cantidades pequeñas para evitar la distensión gástrica. Casi dos terceras partes de los mayores de 50 años en España (61 %) reconocen que se hidratan de manera insuficiente, y un 31% afirma que toma menos de 1,5-2 litros de líquidos al día. Ayúdales a que se hidraten de forma correctar; recuérdales que deben beber.