"(...) las tierras y los lugares legendarios son de distinto género y solo tienen en común una característica: tanto si dependen de leyendas antiquísimas cuyo origen se pierde en la noche de los tiempos, como si son producto de una invención moderna, han originado flujos de creencias.
Y en estas ilusiones, añadiría yo, se zambulle el lector con sumo agrado y deleite.Y de la realidad de estas ilusiones es de lo que se ocupa este libro."
Historia de las tierras y los lugares legendarios es un muy atractivo recorrido por el mundo de lo soñado, de lo imaginado pero también de esa parte de la historia real que la pátina tiempo y el pulido de los sucesivos narradores han dotado del toque mágico del mito y la legenda.
Comenzando por las Antípodas, el santo Grial y la tierras de la Biblia, recorreremos la isla de Utopía y el País de Jauja, visitaremos la isla de Salomón, Agartha, El Dorado, la fortaleza de Alamut,... para acabar recreando lugares novelescos como Baker Street, la Isla del Tesoro de Stevenson o la Tierra Media de Tolkien. Entre todos ellos destacaría un capítulo de especial disfrute al menos en mi caso: el 14, dedicado a Rennes-le-Château- precioso pueblecito a unos cuarenta kilómetros de Carcasona que tuve el gusto de visitar hace unos años- capítulo en el que el autor desmonta paso a paso el misterio que lo rodea.
Además del ágil texto de Eco, en el libro abundan los cuadros, los mapas,... imágenes todas ellas de gran belleza y calidad que se suman al esmerado mimo que caracteriza esta edición de Lumen. Pero además de con la historia del mito o legenda cuenta el libro, y me parece este uno de los grandes aciertos del mismo, con extractos al final de cada capítulo de aquellos textos clásicos a través de los que se ha ido forjando el mito o leyenda: Aristóteles, Platón, Colón, Marco Polo, Boccacio, los hermanos Grimm,.... y tantos otros.
Historias de las tierras y lugares legendarios es un bellísimo y ameno libro, un lugar en el que refugiarse de las arremetidas del día a día o del tedio de la realidad cotidiana. Y soñar. ¡Gracias por compartir!