Es la primera vez que leo una novela de Conocía a esta autora en su labor periodística; durante una temporada cuatro mujeres, entre ellas Navarro, se turnaron semanalmente, creo que en Mujer Hoy, para ofrecernos artículos de temas variados.Historia de un canalla me ha sorprendido y Julia Navarro también. Su sintaxis es perfecta; ha supuesto una satisfacción no encontrar leísmos o laísmos tan habituales en expresiones actuales o leer el plural de las siglas sin la 's que muchos se empeñan en poner "¿cuántas ONG nos han encargado...?", y un alivio ante el estilo ágil, ante el vocabulario coloquial no exento de tecnicismos. La novela se lee con facilidad lo que supuso un regocijo al ver que estaba compuesta de 863 páginas.
A lo largo de todas ellas he ido modificando mi pensamiento. No sabía nada del argumento, así que al leer el título lo asocié a un sinvergüenza. Una vez que empecé la historia estaba segura de estar ante uno de esos niños de conducta agresiva por causa de la genética. De hecho, creo que es ésta la razón de que no tolerase las caricias o abrazos de su madre antes de que naciera su hermano. Por supuesto, la crueldad fue en aumento al tener lugar una interacción genético-ambiental, ya que, si bien su entorno era ideal él no sentía formar parte del mismo. Y de nuevo la genética es la responsable, pues Thomas, nuestro protagonista, parece que sólo ha heredado los rasgos hispanos de su madre, mientras que su hermano Jaime es igual que su padre, un norteamericano típico, alto, rubio, guapo... Así que, el estrés que sus celos le causaban sirvió como activador de los efectos negativos del "gen de la agresión".
Y al terminar la novela he podido constatar que Thomas adquiere, con cada derribo a los otros, un comportamiento autodestructivo que se va convirtiendo en obsesión y lo lleva a la muerte.
Poco a poco su personalidad se va formando ayudado por aquellos que tiene a su alrededor y que esperan conseguir algo; pero él no engaña a nadie, no es afecto o comprensión lo que les ofrece, es dinero a cambio de sus deseos sean cuales sean, sin importarle las consecuencias.
Tía Emma me dio la noticia a la mañana siguiente. Lisa Ferguson había aparecido muerta en el cuarto de baño con una jeringuilla en el brazo."
Poco a poco va mostrando un comportamiento autodestructivo indirecto, un CAI de manual pues, a la búsqueda de placer inmediato y la poca tolerancia a la frustración "...me daba cuenta de que Esther se estaba convirtiendo en una obsesión [...] si quería lograr que aceptara mi propuesta matrimonial tendría que actuar como un estúpido enamorado.", añade una tendencia a la negación, angustia de pérdida de lo buscado, "-Es casa de los Spencer. Primero fue mi casa, luego de tu padre y ahora lo será de Jaime- dijo sosteniéndome la mirada. Sus palabras me hirieron profundamente..." omnipotencia, "La primera novedad es que los señores aceptan mi plan, la segunda novedad es que a partir de ahora mando yo en el proyecto [...] y he decidido prescindir de ti." falta de planes a largo plazo, necesidad de estimulación constante, "No hay nada más placentero que engañar a un novio delante de sus narices, ¿no te parece? [...] La empujé hasta un banco y la obligué a tenderse sobre el mármol; luego me tendí sobre ella. No dijo ni una palabra. Cerró los ojos. El único placer que yo sentía era el de pensar que alguien podía sorprendernos..." relaciones interpersonales superficiales "Salí de casa dando un portazo. Sabía que estaba actuando mal, que Jaime tenía razón y que lo menos que le debía a John era darle consuelo. Pero hui de una escena que se me hubiera antojado pesada" y fuerte sentimiento de individualismo. "Por ahora no quiero socios, pero me vendrá bien contar con alguien que se implique en el negocio. Así no tendré que preocuparme por pasar todo el tiempo que necesite en Nueva York."
Todas estas conductas, repetidas una y otra vez, constituyen el factor más importante de riesgo para Thomas, pue lo irán devastando conscientemente.
La estructura de la novela es muy simple. Hay un preámbulo, en el tiempo presente del narrador protagonista, desde el que anuncia que se está muriendo y que esa noche, en la cama, se dispone a hacer un balance de su vida; una vida sin escrúpulos según él mismo advierte y de la que tiene claro lo que no debería haber hecho. Seguidamente, el tiempo narrativo cambia al pasado y el neoyorquino Thomas Spencer recuerda su INFANCIA , de la que destaca el odio hacia su millonaria familia y hacia los que lo rodeaban, causando la desgracia a su profesora, a algunos compañeros, y a sus propios padres ya que sembró en ellos la duda y los celos hasta casi conseguir que rompieran su relación.
Se sabe poco agraciado y disfruta dominando a mujeres jóvenes y bellas que aceptan sumisas sus deseos, a veces por dinero, siempre por miedo.
Y el DECLIVE, en el que su comportamiento sádico y maltratador con las mujeres se vuelve obsesivo, y su actitud autodestructiva también. Sabe que su mujer y su amante lo están envenenando pero no puede dejarlas; prefiere prepararlo todo para hacerles daño aun después de muerto "Gozo de antemano con su sufrimiento".
A todas las mujeres que han tenido relación con él les ha hecho daño; su sadismo ha ido en aumento aunque las razones para el maltrato han sido diferentes. A su madre la destroza porque la desprecia por hacerlo inferior físicamente y se aprovecha al ver que ella siente que su hijo está pagando por su falta. Ofende a su profesora simplemente porque lo amonesta; él siembra la cizaña y se quita de en medio, dejando a otros la responsabilidad de abatirla. Esta actuación sádica y cobarde es la que adopta con las amas de casa que se prostituyen para salvar a sus familias; con Lisa, a quien ayuda a drogarse; con Esther, al conocerla, a quien no libra de las falsas acusaciones; a su compañera de instituto, a la que engaña y después consigue que parezca culpable de seducirlo... Todas, buenas personas y con las que no va más allá. Es una actuación rápida -aunque siempre meticulosamente preparada-. Será después, en su periodo adulto, cuando no deje marchar a quien le interese; lleva a Yoko y a Constance a la muerte, destroza a Nataly y lo intenta con Esther, quien reaparece en su vida, y le ofrece la seguridad que no le ha dado nadie. No puede permitir que se vaya de su lado; Esther no lo quiere, pero le gusta el dinero, vivir bien, por lo que acepta llevar una vida íntima miserable a cambio de reconocimiento social y profesional. Desde ese momento Esther juega un papel parecido, es embustera, manipuladora; todo vale para salvar a los clientes, por eso se muestra cruel con la esposa de Roy Parker, Suzi, y la chantajea emocionalmente para que acepte las condiciones rastreras de su marido. Por fin Thomas encuentra alguien a su altura; el resto es un pulso entre ambos.
Interesante la novela aunque algo melodramática en ocasiones, y sobre todo, demasiado larga. Sin embargo, hay asuntos que se quedan sin resolver; la estancia en España promete un giro que no ocurrirá; al final no sabemos qué sucederá con las prospecciones petrolíferas. El contrato final con Brown y Lerman también queda poco explícito. Si estos supuestos se hubieran nombrado solamente, la novela adquiriría mayor dinamismo; a veces nos quedamos pensando en que un hecho, importante en su vida, tendrá consecuencias posteriores, pero no es así, no se vuelve a nombrar. Por el contrario, la frecuencia con que determinados asuntos -sobre todo familiares- se repiten una y otra vez, incluso con las mismas palabras, consigue cierto cansancio en su lectura. Así pues me quedo con el argumento, que me parece interesante y con la forma de escribirlo; la trama queda dilatada en exceso.