Hoy comparto mi tarde unos minutos con mi amigo Jorge, él tiene 80 jóvenes años cumplidos, una enteresa y fortaleza espiritual que cualquiera de 40 años envidiaría.
Jorge tiene una vida particular que respalda su fuerza de vivir y lo que luchó en la vida para lograr ser alguien y trasmitirles estos valores a sus hijos.
Nació en Italia, tenía un hermano de 1 año y sus padres se fueron a trabajar a Etiopía, porque Muzzolini había tomado Etiopía. En la industria automotriz como chapista.
Él al ser tan chico quedó en Italia al cuidado de la abuela, criados con sus 12 tíos maternos hasta los 4 años, a esa edad una tía le dijo: te voy a llevar a conocer a tu mamá, y así fue como emprendió el viaje a Etiopía. Él no conocía a su mamá porque no lo había criado, su madre le dijo hasta que no me llames mamá no te doy de comer y al otro día empezó a llamarla mamá.
Allí se quedó hasta los 7 años que Etiopía fue tomada por los ingleses y expulsaron a los italianos (1943), fueron llevados a un campo de concentración. Jorge estuvo ahí también, desnutrido con agua no potable, piojos, sarna, y toda enfermedad unos 5 meses hasta que Muzzolini hizo cambios de prisioneros y volvió a Italia en un barco. Nunca dejó de extrañar a sus tías y a sus abuelos.
Estudió la primaria en Italia, y a los 13 años vino a Argentina, el 6 de junio de 1949, llegó asustado al puerto de Buenos Aires, se sentía mal, no quería estar acá.
Aprendió castellano a los ponchazos en un colegio de 5to grado. Terminó estudios de técnico mecánico en la escuela Oto Clauss, de Buenos Aires.
Comenzó a trabajar en heladeras Sacol. La primer heladera Sacol la hizo su papá, y ahí empezó a ser técnico en refrigeración a los 16 años y a los 18 años ya hacía servicio de Sacol.
A Los 22 años se independizó y comenzó a hacer heladeras comerciales en los años sesenta.
Fue el primero en Argentina que hizo heladeras en acero inoxidable y así fundó su fábrica durante más de 30 años.
Conoció a su esposa a los 17 años, se casó a los 22 años, con ella mantiene su matrimonio 56 años después. Hoy Lucía es la luz de sus ojos. Apenas tuvo unos pesos lo primero que hizo fue llevar en barco a su esposa a Italia a conocer a sus abuelos y allí se quedó 4 meses. Tuvo 3 hijos varones, y adoptó a una niña recién nacida.
Conozco a Jorge hace 2 años, solo puedo verlo a sus 80 años con la vitalidad de un guerrero que lucha y va hacia adelante, deslumbrado por su esposa que aun hoy lo enamora, un día fui a su casa y lo que me pareció como impresión era tan evidente de ver, él vive por ella y ella para él. Jorge da la Imagen de aquel inmigrante que vino sin dinero y sin idioma pero con ganas de crecer y de hacer de este país una Argentina distinta, tan distinta a la que vemos hoy en día. Admiro y comparto su amistad.