Revista Arte
Cuando el rey de España Felipe IV (1605-1665) mandó construir el Salón del Reino en el Palacio del Buen Retiro en Madrid (1633) deseaba que éste resaltara la grandeza del reino español. En las lunetas de la bóveda del salón se situaban veinticuatro escudos con los reinos que configuraban el imperio hispano: Aragón, Castilla y León, Cataluña, Galicia, Córdoba, Granada, Jaén, Murcia, Navarra, Sevilla, Toledo, Valencia, Vizcaya, Portugal, Austria, Borgoña, Brabante, Cerdeña, Méjico, Flandes, Milán, Nápoles, Sicilia y Perú.
Además se encontraban colgados de sus muros una serie de cuadros encargados por su Majestad Felipe IV y que representaban batallas victoriosas en diferentes y lejanos lugares del imperio. He aquí una muestra de esos lienzos. De izquierda a derecha y de arriba a abajo:
Socorro de Génova por el segundo Marqués de Santa Cruz (1634) de Antonio de Pereda (1608-1638); Recuperación de la Bahía de Brasil, dirigida por Fadrique de Toledo y pintada por Juan Bautista Maíno (1578-1649); Rendición de Juliers a Ambrosio de Spínola, de Jusepe Leonardo ( 1601-1652); La Recuperación de la isla de Puerto Rico por el gobernador Juan de Haro, de Eugenio Cajés (1575-1634); Recuperación de la isla de San Cristóbal en las Antillas, en manos de aventureros ingleses y franceses, por Fadrique de Toledo, del pintor Félix Castello (1595-1651); Defensa de Cádiz frente a los ingleses llevada a cabo por el Marqués de Medina-Sidonia, de Francisco de Zurbarán (1598-1664).
Al pasar los años, excepto Cádiz, todo se perdió, la gloria y la grandeza se relativizan así en otro cuadro de Antonio de Pereda, Vanitas (La vanidad se apaga frente a la muerte y el fatal destino).
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