Hong Kong y la democracia (3)

La bandera del Hong Kong chino

Justo cuando les quedaban dos telediarios en la colonia, los británicos cayeron en la cuenta de que era muy triste que los hongkonitas no tuvieran democracia. Ya en 1982 se celebraron elecciones en 18 distritos de Hong Kong los días 4 de marzo y 23 de septiembre. Esta última fecha, como por causalidad, coincidió con la visita de Tatcher a China. El 18 de julio de 1984 se publicó el Libro Verde sobre el Desarrollo del Gobierno Representativo en Hong Kong, cuyo objetivo era “desarrollar progresivamente un sistema de gobierno (…) capaz de representar la opinión del pueblo de Hong Kong con autoridad y que sea más responsable ante el pueblo de Hong Kong”. Con los comentarios de distintos grupos y de la población se elaboró el Libro Blanco que fue publicado en noviembre del mismo año. El Libro Blanco preveía para 1985 la celebración de elecciones legislativas indirectas al Consejo Legislativo. 12 miembros serían elegidos por un Colegio electoral, compuesto por todos los miembros de los dos Consejos Municipales y de las Oficinas Distritales,y otros 12 lo serían por circunscripciones funcionales (grupos profesionales). Habría además 10 miembros que lo serían en función del cargo que ocupaban y 22 designados por el gobernador. No es que fuera muy democrático, pero suponía un avance. Por esas mismas fechas los chinos también estaban dándole vueltas al futuro de Hong Kong. En 1985 constituyeron un Comité para elaborar la Ley Básica de Hong Kong, integrado por 36 chinos y 23 hongkonitas. La Ley Básica fue aprobada el 4 de abril de 1990 y supuestamente respetaba los principios acordados en la Declaración Conjunta Sino-Británica de 1984. La Ley permitía que Hong Kong mantuviera el sistema capitalista hasta 2047 y garantizaba los derechos y libertades de sus ciudadanos. Su ordenamiento jurídico sería mantenido, salvo aquellas partes que contradijeran la Ley Básica. La Ley también otorgaba una amplia autonomía a la ciudad. Una disposición interesante es la que prevé que el Jefe del Ejecutivo y los miembros del Legislativo serán a la postre elegidos por sufragio universal, aunque sin señalar una fecha concreta para que esto se ponga en marcha.La discusión sobre el futuro de Hong Kong adquirió un dramatismo especial como consecuencia de los sucesos de Tiananmen de 1989. Si así trataba China a sus estudiantes cuando pedían democracia, ¿cómo estar seguros de que no aplicaría la misma medicina a los hongkonitas en el futuro? En septiembre de 1991 tuvieron lugar las primeras elecciones directas al Consejo Legislativo. 18 miembros fueron elegidos por circunscripciones geográficas y 21 lo fueron indirectamente por las circunscripciones funcionales. Los restantes 21 miembros eran tres que lo eran en razón de su cargo y 18 designados por el gobernador. En las elecciones el partido pro-democracia Demócratas Unidos de Martin Lee arrasó: conquistó 12 de los 18 escaños geográficos y más tarde se le sumaron dos candidatos más de las circunscripciones funcionales. Los partidos más alineados con Pekin tuvieron unos resultados decepcionantes: la Federación Liberal Democrática de Hong Kong, que agrupaba a empresarios y profesionales simpatizantes con Pekin, sólo consiguió tres diputados por las circunscripciones funcionales y la Federación de Sindicatos de Hong Kong sólo consiguió un diputado por la circunscripción funcional. En 1992 desembarcó en Hong Kong Chris Patten, el último gobernador colonial y posiblemente el más colorido. He leído en alguna parte que el Gobierno de John Major lo nombró porque quería acelerar el proceso de democratización de la colonia y pensaba que hacía falta alguien que rompiese el molde habitual de los diplomáticos y los altos funcionarios que eran quienes habían ejercido habitualmente el cargo. Sí, resulta curioso que después de 150 años y cuando estaban a punto de marcharse a los británicos les entrasen esas prisas con la democracia. En 1994 Patten introdujo una reforma muy polémica: la de la ley electoral. El objetivo esencial de la reforma era ampliar la base electoral. Para ello la edad para votar se redujo de los 21 a los 18 años y se ampliaron las circunscripciones funcionales, al tiempo que se creaban otras nuevas, de manera que dejaran de responder a unos pocos intereses oligárquicos. Asimismo se suprimieron los escaños designados en las Oficinas Distritales, en los Consejos Municipales y en el Consejo Legislativo. China se llevó un buen rebote con la reforma que denunció que iba contra lo acordado y contra la Ley Básica. El 7 de septiembre de 1995 tuvieron lugar las elecciones según la nueva ley. Se eligió a 20 diputados por las circunscripciones geográficas, 30 por las funcionales y 10 por el comité electoral. Nuevamente los partidos pro-democracia arrasaron. El Partido Democrático, nacido de la unión de los Demócratas Unidos con la formación Punto de Encuentro, se hizo con 19 escaños (12 geográficos, 5 funcionales y 2 del comité electoral). El Partido Liberal, que fue la formación pro-Pekin mejor situada, logró 10 escaños (1 geográfico y 9 funcionales). El Consejo resultante fue un Consejo muy equilibrado: 31 diputados pro-democráticos frente a 29 pro-Pekín. Nos equivocaríamos si pensásemos que ese equilibrio significaba que el electorado estaba muy polarizado. Los partidos pro-democráticos arrasaron en los escaños geográficos que era donde se veían las preferencias de la mayoría de la población (17 de 20). Los partidos pro-Pekin, en cambio, triunfaron en las circunscripciones funcionales (20 de 30) y en los escaños del comité electoral (6 de 10). Las élites de la colonia tenían claro que sus intereses pasaban por Pekin.