Si tú o alguien en tu familia tiene osteoporosis, osteopenia o infartos y/o eres muy consciente de tu salud y quieres prevenir, sigue leyendo este post.
Seguramente el primer nutrimento que les viene a la cabeza cuando piensan en huesos es el calcio.
El calcio es, en efecto, muy importante para los huesos, para los músculos, para los nervios, para tus hormonas... pero no es el único. De hecho, mucho calcio sin otros nutrimentos puede ser peligroso porque en lugar de irse a los huesos se va a la sangre. Mucho calcio en la sangre nos puede calcificar órganos como el corazón, nada recomendable.
Ahora, ¿cómo le hago para que todo se vaya a su lugar?
Lo 2do más importante en la lista es sin duda la Vitamina D. Hemos hablado extensivamente de la Vitamina D (en realidad es una hormona) en este post. El calcio jamás se va a fijar a los huesos si no tiene la suficiente Vitamina D.
El nutrimento que sigue en la lista, pero que es igual de importante, es la Vitamina K. Esta vitamina tiene una peculiaridad y es que el cuerpo no la guarda, a diferencia de las otras vitaminas. Entonces hay que comer Vitamina K diario para poder tener suficiente. La mejor fuente de Vitamina K es la espinaca... Popeye tenía la razón. ¿Qué hace la Vitamina K? Entre muchas cosas, hace más delgadita la sangre (lo cual previene endurecimiento y bloqueos) y ayuda a que el calcio pase de la sangre a los huesos.
El siguiente truco es el balance perfecto entre sodio y potasio. Usualmente funcionan juntos en las células y hacen un balance con el agua en la bomba sodio-potasio. El potasio también neutraliza ácidos que deshacen al calcio.
Hay que tener en cuenta el ejercicio, la cafeína, el cigarro, el alcohol... tomemos las decisiones adecuadas y consumamos los nutrimentos que nuestro cuerpo requiere. Comamos saludable y tengamos buenos hábitos.
Escrito por Fernanda Rodríguez del Peón