Revista Cultura y Ocio

'Ilustrado' por Miguel Syjuco

Publicado el 08 mayo 2011 por Tiburciosamsa

“Ilustrado” por Miguel Syjuco

Miguel Syjuco ha conseguido con su primera novella “Ilustrado” el sueño de todo escritor novel: conseguir un éxito. La novela recibió el Premio Palanca en Filipinas en 2008 y ese mismo año obtuvo el Man Asia Literary Prize. A menudo ese sueño se convierte para el joven escritor en una pesadilla, cuando todo el mundo empieza a esperar con ansia esa segunda novela, que supere incluso en calidad a la primera. Algo así le ocurrió a Carmen Laforet que vio como su primera y premiada novela “Nada” se comía a toda su obra posterior.

El arranque de la novela tiene tanto de dramático como de tópico. El famoso escritor filipino Crispín Salvador aparece muerto en el río Hudson. Puede haber sido un suicidio o un asesinato. Salvador estaba lo suficientemente conflictuado y era lo suficientemente conflictivo como para que ambas cosas sean posibles. Su protegido Miguel Syjuco se embarca en la tarea de descubrir quién era realmente Salvador y en buscar la novela que estaba escribiendo cuando murió, “Los puentes en llamas”, que estaba llamada a ser la gran novela filipina.

Miguel Syjuco regresa a Filipinas para indagar sobre Salvador y de paso, aunque al comienzo lo ignora, para reflexionar sobre el ser filipino y sobre el ser Miguel Syjuco. Y en éstas está la novela, cuando al Miguel Syjuco escritor, llevando ya escritos dos tercios de la misma, le sucede que se pierde con la trama, se descentra y la búsqueda de Miguel Syjuco personaje se transforma en la búsqueda de la hija bastarda de Salvador. No está claro para qué la busca: ¿es un sustituto de la búsqueda de la hija que él mismo tuvo a los diecisiete años y a la que hace tiempo que no ve? ¿es para que le conduzca al manuscrito de “Los puentes de llamas”? ¿Es para que le revele algún secreto sobre su padre, que le permita comprender quién era realmente como persona? Posiblemente el Miguel Syjuco personaje no tenga muy clara la respuesta. Lo malo es que tampoco parece que el Miguel Syjuco escritor la sepa.

Para el que haya estado en Filipinas, la novela supone revisitar uno de los países más surrealistas de Asia. Allí uno encuentra los convencionalismos absurdos de las élites (la descripción de un almuerzo en casa de uno de ellos, en el que marido y mujer airean los trapos sucios en presencia de un abuelo demente y uno hijo que pasa de ellos es notable), viviendo como si representasen una obra de teatro sin conexión con la realidad, los dramas filipinos que embelesan a las clases bajas (la historia delirante del guardia Wigberto Lakandula, que quiere vengar a su enamorada, a la que sus señores forzaron a tomar lejía para castigarla por haber dejado que su hijo se ahogase en la bañera, mientras ella hablaba en el móvil, y que secuestra a los señores y se convierte en el ídolo de las masas; la historia parecerá extremada a cualquiera que no conozca el país, uno que lo conozca la encontrará normalita), los líos de opereta de la política filipina (el telepredicador metido a político Reverendo Martin, el oportunista Presidente Fernando V. Estregan, el conspirador senador Bansamoro, Edsa 5…).

Eso es muy divertido, pero me pregunto si cautivará igual al que nunca haya estado en Filipinas. Me parece que no. Es una novela localista. Uno puede leer y disfrutar de “En busca del tiempo perdido”, aun sin haber estado en París, ni haber estado nunca en un baile. Disfrutar plenamente de “Ilustrado” sin haber estado en Filipinas es imposible. Hay demasiadas claves en la novela que el no iniciado se pierde. Ésa es la diferencia que va de un genio como Proust a un escritor simplemente competente como Syjuco.

No es una obra maestra, pero se deja leer gracias a dos cosas: la inmensa ironía de su autor y su manejo del inglés, con el que juega con la misma destreza con la que el titiritero juega con sus bastones. Aunque no me haya gustado del todo, me he quedado con curiosidad por saber cómo será la segunda novela de Syjuco.


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