Te presento una selección de respuestas típicas a la pregunta, ¿cómo estás?
- ¡Estresada!
- ¡Con mucho trabajo!
- ¡Agobiada!
- ¡Es que no he parado en todo el día!
Parece que todo el mundo está corriendo (detrás de qué), intentando conquistar una lista de tareas sobrehumana y además sintiendo remordimientos porque otra vez no ha habido tiempo para ir al gimnasio o para los 10 min de meditación. Correos pendientes de responder, encargos por hacer, compromisos por cumplir… ¿en qué momento tu vida se convirtió en una serie de obligaciones que requieren 27 de tus 24 horas diarias?
Lo que puedes vs lo que debes vs lo que quieres
“No dejes para mañana lo que puedes hacer hoy”, así reza el refrán popular (en muchos idiomas) que en español data como mínimo al 1605 cuando aparece en la obra de Don Quijote. Era un tiempo sin comunicación inmediata, sin viajes de ida y vuelta el mismo día y sin electricidad abundante. Las nuevas directrices del monarca del turno tardaban semanas o meses en llegarte, un viaje a la capital era un proyecto enorme y como mucho se trabajaba hasta que se ponía el sol. Nada de respuestas inmediatas a tus emails o fechas de entrega dentro de dos días.
Los tiempos han cambiado, y quizás es un buen momento para re-escribir este refrán popular, por lo menos cuando se trata de tu propio día a día. Propongo:
“No dejes para mañana lo que es tu prioridad de hoy (e ignora lo demás).”
Este nuevo planteamiento significa que tendrás que definir tus prioridades antes de empezar el día. En vez de correr a ciegas detrás de la lista de tareas interminable tendrás que decidir cuáles son las tres o cuatro tareas importantes para hoy, dejando de lado todo aquel que es opcional, que no te acerca a tu objetivo, o incluso aquello que no sabes muy bien por qué ha acabado en tu lista de tareas.
Tu tiempo es tu tiempo (y nadie te lo devolverá)
Si te agobia tu lista de tareas, ahora es el momento de sacar el boli y tachar todas aquellas tareas que no son críticas, que no son tuyas, que no tendrán un impacto directo sobre tus objetivos o tu bienestar. Estar agobiada no te sirve para rendir mejor. De hecho probablemente necesitas salir de esta rutina de estrés y recuperar algo de tiempo solo para ti. Tiempo para leer un libro, para ir a caminar, para tomar un té con una amiga sin mirar el móvil todo el tiempo.
Así que mira bien tu lista de tareas. ¿Estás agobiada porque no tienes claro tus objetivos y no sabes cuáles son tus prioridades? Entonces lo primero que tendrás que hacer es aclarar este hecho (hablando con tu jefe o definiendo tus metas). ¿El estrés se debe a qué tienes demasiadas responsabilidades? Entonces ahora es el momento de dividir las tareas en “tuyas” y “delegables” y buscar un apoyo externo (devolviendo tareas a su origen, contratar un asistente virtual, pedir a tu pareja que ayude en casa).
Y cuándo has librado como mínimo media hora de tu día sólo para ti, solo entonces te contaré cómo participar en el nuevo reto de ValeDeOro, este domingo, en el boletín de Inquietudes Minimalistas.