Revista Indie / Folk

Impepinables: Radiohead – OK Computer

Por Homeboy

Impepinables: Radiohead – OK Computer

Uno de los propósitos de esta sección es descubrir grandes discos, y compartir las obras maestras de la música de las últimas décadas, algo que evidentemente no hace falta con este disco. Hay que ser un bicho raro para no haber escuchado jamás algunas de las canciones OK Computer, independientemente de que te parezcan una mierda (conozco a gente que no le gusta nada este disco), o no. A mí personalmente me parece un disco sublime, en el que la banda de Oxford rompió con todo, y eligió una dirección que con el tiempo se ha demostrado que sí era la correcta.  Y es que aunque sus tres últimos discos me gustan bastante poco, creo que si Thom Yorke y compañía hubiesen seguido por el camino de The Bends, su carrera no hubiese llegado a donde está ahora.

Escuchando ahora este trabajo, tal vez no suene tan rompedor, pero en aquel 1997 sí que mucha gente, yo entre ellos, se quedó un poco perpleja la primera vez que puso el cd en su reproductor. Por aquella época Radiohead eran un buen grupo de rock alternativo guitarrero con un gran hit (Creep), que milagrosamente, y gracias a Fake Plastic Trees y Street Spirit, se salvó de que su segundo disco fuese un fracaso comercial – los problemas de elegir un mal primer single – . Vamos, que lo que menos esperábamos era un disco con pianos, xilófonos, samplers, y tan alejado de sus dos anteriores trabajos.

Impepinables: Radiohead – OK Computer

OK Computer es un disco triste en el que la banda inglesa se enfrenta a las miserias del mundo que le ha tocado vivir, y en el que el pesimismo sobrevuela a lo largo sus 45 minutos. La voz de Thom Yorke suena desgarrada; algunas veces cabreada, y en muchos casos refleja una inevitable derrota ante a los problemas que nos enfrentamos todos los días. Por eso no es de extrañar que gran parte de las canciones de este disco sigan poniendo los pelos como escarpias.

 Gran parte de la culpa de cómo suena este álbum, la tiene Nigel Godrich, el productor que se hizo enormemente famoso con este trabajo, y que prácticamente se convirtió en el sexto miembro de la banda. Él fue quien metió capas y capas, en cada canción y lleno de ruiditos, samplers, y demás historias, a unos temas que de por sí ya eran una verdadera joya. Vamos, lo que han intentado, casi nunca sin éxito, una infinidad de grupos desde que salió este disco.

Radiohead consiguieron hacer de canciones tan personales, y tan poco comerciales, auténticos himnos que han pasado a la historia música popular de los noventa. No es fácil triunfar con canciones que hablan de aburrimiento en los suburbios (No Surprises), o de cómo sufrimos el capitalismo exagerado en nuestros puestos de trabajo (Karma Police), y ellos lo consiguieron con toda la facilidad del mundo.

En un disco como este es un poco absurdo ponerse a comentar cada canción, ya que absolutamente todas son geniales, y todo lo que se pueda decir de ellas, ya son gustos personales de cada uno. De todas formas, si tuviera que elegir, yo me quedaría con la espectacular Let Down (que fue el primer single americano), y con la desgarradora Climbing Up The Walls. Aunque luego me pongo el disco, y no puedo evitar que los ritmos a lo Dj Shadow (reconocida influencia) de Airbag se me metan en la cabeza, o que me siga emocionando con la intensidad final de Exit Music (For a Film). Lo que decía antes, es imposible quedarse con solo unas cuantas.

Desde luego, lo que no se le puede negar a este disco, es la influencia que ha tenido en grupos como Coldplay, Elbow o Doves, y lo bien que lleva el paso de los años. Vamos, los dos motivos esenciales para estar en esta sección.

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