Quienes en Cuba nos mantuvimos hasta la madrugada frente a la televisión, presenciamos un hecho inédito: El diálogo entre el gobierno y la oposición, en tiempo real, desde Venezuela.(*)
Inédito en el sentido de que la mayoría de los cubanos, nacidos luego de 1959, no saben lo que es oposición al gobierno. Han escuchado hablar de mercenarios y apátridas, pero ver sentados frente al gobierno venezolano a un grupo de políticos con otros puntos de vista, provoca diferentes reacciones.
Seguí las intervenciones de una y otra parte con igual interés. En el gobierno, se mantuvieron a la defensiva frente a las acusaciones de la oposición, pero dentro de un marco de respeto. Solo la vicepresidenta de la Asamblea Nacional pareció confundir el salón de reuniones con una tribuna de agitación, y Capriles, del que esperaba mucho más, organizó mal su tiempo para dejar la impresión de que hacía catarsis sobre la elección presidencial perdida.
Los temas sobre la mesa, me fueron muy familiares. El gobierno de Venezuela apuesta por el modelo cubano –Me niego a repetir que esto es socialismo– y los logros de educación y salud no logran empañar otras realidades que se enumeraron con cifras y hechos. El presidente Maduro olvida con demasiada frecuencia que fue electo con la mitad de los votos, que viene a ser que cuenta con el apoyo de la mitad de los venezolanos. Una de las grandes responsabilidades del chavismo es la fractura social provocada, y como bien se dijo de ambos lados de la mesa, con dos mitades opuestas no se hace un país. Tienen sin embargo una Constitución que no es chavista sino venezolana y en la cual los ciudadanos se sienten representados y protegidos, al menos, en teoría.
No tengo mucho optimismo con el futuro de estos encuentros. Son posturas diferentes y quedó muy claro que los que están en el poder no pretenden cederlo. La violencia y el desabastecimiento afectan sin tener en cuenta el color ideológico. Pero Maduro se equivoca en que solo de visita la oposición entrará a Miraflores.
(*) Desde Telesur, que para Cuba resulta una ventana mayor de información que la que se ofrece desde la televisión nacional.

