Inspirada en Edgar Degas, Mary Cassatt luchó contra su padre, sus profesores y las convenciones de su época para convertirse en una destacada pintora impresionista. Su obra acercó el movimiento artístico de finales del siglo XIX europeo a los Estados Unidos.
Las trabas familiares y académicasMary Stevenson Cassatt nació el 22 de mayo de 1844 en Allegheny City, Pennsylvania, en el seno de una familia acomodada. Su padre era un rico banquero que siempre se opuso a las inclinaciones artísticas de su hija. A pesar de ello, y gracias a la insistencia de Mary, pudo ingresar a la edad de 15 años en la Academia de Bellas Artes de Pennsylvania.
Pero su condición de mujer no ayudó a Mary en la academia y decidió abandonarla cansada del trato condescendiente de sus profesores y compañeros. A partir de ese momento decidió estudiar de manera autodidacta la obra de los grandes artistas. Para ello pudo viajar a Europa en 1866 acompañada de varios familiares, entre ellos su madre. París, Italia, España o Holanda fueron algunos de los destinos de Mary, quien pudo observar, analizar y copiar de primera mano las grandes obras del arte europeo.
El Salón de ParísTras volver por un tiempo a los Estados Unidos, donde expuso algunas de sus obras sin demasiado éxito, Mary retornó a Europa. En 1872 consiguió que una de sus obras fuera expuesta en el Salon de París. Dos años después, el descubrimiento de un cuadro de Edgar Degas en un escaparate cambiaría para siempre su concepción del arte. Sin embargo, Mary continuó sufriendo el rechazo de su obra.
El apoyo de DegasEn 1877, cuando su ánimo empezaba a decaer, tuvo la gran suerte de recibir una exclusiva invitación de Degas. En aquel tiempo, algunos impresionistas empezaban a exponer de manera independiente y el pintor animó a Mary a que expusiera con ellos.
Desde aquel momento y hasta 1886 su obra permaneció ligada al círculo de artistas impresionistas de París.
Cambio de rumboA partir de ese momento, su obra empezó a distanciarse de los dictados impresionistas y se acercó a un reflejo más fiel de la realidad. Empezó a realizar sus entrañables recreaciones de escenas domésticas y sus preciosos retratos de madres junto a sus hijos. A pesar de que Mary decidió no casarse nunca y no disfrutó la maternidad, en estos cuadros plasmó con fiel realismo la ternura y el amor maternal.
Durante la última década del siglo XIX la obra de Cassatt empezó a exponerse con éxito en galerías de arte de Nueva York y París.
En 1914, después de sufrir varias enfermedades como la diabetes o el reumatismo, Mary quedó prácticamente ciega de unas cataratas. Esto no le impidió apoyar los movimientos sufragistas que luchaban por los derechos de las mujeres. A ellas donó hasta 18 cuadros.
Su actividad artística empezó a deaer y ya no cogió nunca más el pincel. Mary Cassatt moría el 14 de junio de 1926 en el castillo francés de Beaufresne.
La gran pintora fue enterrada en el mausoleo de Le Mesnil-Théribus, en la Picardía francesa.
Si quieres leer sobre ella
Mary Cassatt, Griselda PollockEn inglés