Me han pedido que escriba sobre el impuesto al refresco pero traigo un revoltijo de ideas en la cabeza al respecto.
Primero para los que no sabían nada de esto, se ha estado planteando la idea de ponerle un impuesto a los refrescos en México. Hasta la Organización Mundial de la Salud (OMS) dio apoyo público a esta propuesta para poder disminuir su consumo en México. Se está planteando que sea un 10% aunque la OMS incluso propuso un 20%.
Entonces empezamos con mi revoltijo de ideas.
Por un lado me parece una idea excelente que han estado tratando de hacer en EUA por un tiempo ya pero ni la primera dama, Michelle Obama, ha podido lograrlo. Me parece ridícula la cantidad de refresco que se consume en México y es de carácter necesario bajar estas cifras.
Tomemos en cuenta tanto las kcal del refresco como la cantidad de azúcar. Tomemos en cuenta la cantidad de sobrepeso y obesidad que hay en México, así como la cantidad de personas afectadas por la Diabetes. Tomemos en cuenta que se tiene que hacer un cambio y que esto es un buen paso a dar.
Por otro lado creo que es importante hacer varias cosas de la mano con este impuesto.
Las personas de bajo nivel socioeconómico son las que van a sufrirlo más. No tienen el dinero extra para estar pagando impuestos de más, cosa que al nivel alto no le va a importar tanto. Si un litro de refresco cuesta normalmente $30 y ahora va a costar $33, ¿a cuántos de ustedes leyendo les va a afectar realmente? Pero si se van a una construcción y le preguntan a todos los albañiles que compran su litro de refresco, es mucho más probable que le afecten esos $3.
Se debe hacer una campaña de educación en la que se le ayude a las personas a hacer el cambio. Todas las medidas que se les ocurran tienen que ir con educación de la mano, si no no cambian de fondo nada.
Yo todavía me acuerdo de cuando estaba chiquita (y ahí van a saber cuántos años tengo) de 2 comerciales en especial, "Gota a gota el agua se agota" y "No se puso el cinturón". Yo no sé los demás pero a mi me da cosa dejar el agua corriendo y no ponerme el cinturón de seguridad. Si esto lo sumamos a educación en la escuela, en libros de la SEP, en espectaculares, en programas de televisión, con celebridades... en fin, mucho por hacer.
Además, este dinero del impuesto debería de usarse para la medida positiva. Es decir, poner bebedores por lugares públicos, escuelas y en general tener mayores accesos a agua potable. Y si alcanza, dar más acceso a alimentos de calidad a la población en general.
Y he ahí el dilema.