Omar Sy (Intocable, 2011) protagoniza junto a Laurent Lafitte (Pequeñas mentiras sin importancia, 2010) esta comedia de acción francesa que se queda a medias en todo. Si pretendía denunciar algo, no lo logra, y si pretendía divertir, tampoco lo consigue. Simplemente entretiene. La película está dirigida por David Charhon, en lo que es su segundo largometraje tras Cyprien (2009).
Estrenada en Francia en 2012, la cinta llega a España como lanzadera hacia la fama para Omar Sy, quien próximamente rodará X-Men: Days of future past. Sy interpreta a Ousmane Diakhaté, un leal policía que trabaja en los suburbios de París y se ve inmerso en un caso compartido junto con François Monge (Lafitte), otro policía que, en este caso, intenta escalar posiciones en su trabajo. Las diferencias entre ellos son evidentes, por eso el título en español toma el nombre de Incompatibles, que nada tiene que ver con el nombre original (De l’autre côtè du pèriph / Al otro lado de la periferia). El título en francés refleja la diferencia entre París y su periferia, entre el policía de suburbios y el policía de ciudad, entre la gente que habita en las afueras y la gente que vive dentro de la capital francesa.
A través de estas distinciones, Charhon intenta denunciar una Francia desigual corrompida por los intereses en el poder político. No lo consigue porque la historia deja de lado la crítica que podría hacer firmemente y se centra en la relación entre los dos protagonistas, que encajan gracias a la buena química de los dos actores. Ellos conectan entre sí, pero no con el público, que ve como sus personajes están limitados por los clichés impuestos en sus respectivos papeles: el poli bueno-poli malo se convierte en el policía bueno con grandes valores y gran convencimiento en su trabajo y el policía políticamente correcto en busca de un ascenso. Incompatibles entretiene, pero la debilidad de su frágil historia, la falta convencimiento en la idea de fondo y la caída en muchos tópicos hace que se convierta en una película mediocre.