“Vi un libro de animales muy lindo el otro día, ¿le gustará a tu primo?”
“Claro, pero el cumple de Bruno ya pasó.”
“Ya sé, pero a lo mejor para regalo de Navidad...”
“Pero mamá, ¡si de eso se ocupan Papá Noel y los Reyes!”
Su respuesta fue lapidaria, pero maté dos pájaros de un tiro: ya sé qué dejarle a mi sobrino en el arbolito y que mi hija sigue creyendo en sus seres mágicos a pesar de sus 10 añitos.
Y no, no se está haciendo la viva para seguir recibiendo regalitos, está convencida, ¡le hubieran visto la cara!
EriSada