Al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, se le acusa por el “uso ilegítimo” del “gran poder gubernamental que se le confió, entre otras cosas para exigir y obtener beneficios indebidos de los propietarios de los principales medios de comunicación en Israel con el fin de promover sus asuntos personales, incluso cuando aspiró a ser reelecto”, según el fiscal Liat Ben Ari.
El exdirector ejecutivo del medio de comunicación Walla, Ilan Yeshua, fue la primera persona en testificar y decir que, en efecto, hubo presiones para mejorar la cobertura de Netanyahu y su familia. Una de las peticiones eran “moderar o eliminar contenido” que perjudicaran al político, así como publicar notas “contra sus oponentes políticos, incluido Benet”.
Ronda de consultas para formar gobierno
Por su parte, el presidente de Israel, Reuvén Rivlin, comenzó la ronda de consultas a los partidos políticos israelíes para designar un candidato que formará parte de su gobierno. Aunque no Netanyahu no cuenta con la mayoría parlamentaria para estar de nuevo en su cargo, se espera que sea él el próximo representante, el cual ganó las elecciones del 23 de marzo.
De los trece partidos políticos que hacen vida en Israel, el partido Likud, que representa Netanyahu, fue el primero en reunirse con el mandatario de Estado. Se estará a la espera del miércoles cuando Rivlin designe al diputado que tendrá 28 días, más otros 14, para garantizar el respaldo de 61 de los 120 parlamentarios de la Knéset.
El centrista Yair Yapid, de Yesh Atid, planea hacer crecer el bloque anti-Netanyahu, por lo que propone un Ejecutivo de rotación al ultranacionalista, Naftali Benet, de Yamina. Por otro lado, Yamina nominó al mismo Benet ser parte del gobierno.
Otro de los partidos que no se ha querido integrar a ningún bloque, y que podría desbloquear la situación, es la islamista Raam de Mansour Abás. Sin embargo, los socios de Netanyahu, del Partido Sionista Religioso, han rechazado una alianza con su apoyo, aunque sea externo.
Netanyahu no está obligado a renunciar a su cargo si no existe una sentencia firme, por los momentos, al enfrentar cargos de cohecho, fraude y abuso de confianza en tres casos diferentes de corrupción. Es el primer jefe de gobierno en la historia de Israel que está siendo procesado estando en el cargo.