INSTITUCIÓN, ente en función del que más tiene

Confiamos en una INSTITUCIÓN y olvidamos confiar en nosotros mismos.
En un tiempo quizá todo fuese por su camino, disciplina, orden, respeto y eficacia, cuidando el bien común, cultural, social y benéfico. 
Pero el EGO dispuso de todo lo que era institución a su antojo. ¿Cómo? Con mentiras. 
Entonces lo que era de todos para todos se transformó en algo de todos para unos pocos. Su lema, atender la necesidad pública, pasó a ser la necesidad de ciertas élites. 
Se benefició al que llega de nuevo y da órdenes y se sucumbe a la necesidad del que IMPONE sus propias normas. Así es como muchas de las instituciones pasaron de estar al servicio de TODOS al servicio del dinero, o lo que parece ser lo mismo, al servicio del EGO. 
Distribuyendo  así sus funciones en enredaderas de líos y burocracia para saciar la dificultad y poner trabas a lo sencillo. 
Es como comenzó todo esto, una maraña, una red de sin sentidos, que papel a papel enredan lo simple para beneficio de unos pocos (complicando se alarga en el tiempo la razón que ofrece el SENTIDO COMÚN, atrapando así la VERDAD en una jaula). 
Es cuando descubrimos que su verdadera función se aleja de su fin, servir a todos en vez de a unos pocos. 
Su trama es obedecer élites y olvidar al que menos tiene. Su humanidad olvidada y su misión es defender lo indefendible, destruyendo así todo lo construido hasta hoy, al convertir un ente en función del EGO. 
Creyeron servir al SER HUMANO y finalmente sirven al EGO que todo lo domina si no se visualiza y se neutraliza con AMOR, que todo lo entiende y todo lo comprende.
¿como? pues en vez de emplear el dinero en mejorar al que menos tiene, se emplea en invertir en lo que beneficia al que más tiene. Aquí es donde muere el sentido de una Institución, cultural, social y benéfica, pasándo a ser un mero servidor del EGO para dar más al que más tiene.
mundo al revés, mundo al servicio del EGO y el dinero, en vez del servicio al AMOR