Mucho se ha escrito acerca de este nuevo concepto, el cual viene pegando fuerte dentro del campo de la psicología. Aunque aún no se conocen del todo sus implicaciones, sí que sabemos de los formidables beneficios que reporta si somos capaces de desarrollarla. Estamos hablando de la inteligencia emocional.
El ser humano desde que nace va desarrollando una serie de habilidades que le ayudarán a adaptarse a su entorno, dotándole de la capacidad para resolver problemas y relacionarse con el mundo. Aunque está comprobado que un buen desarrollo intelectual a nivel práctico y de razonamiento nos ayudará a desenvolvernos más fácilmente en nuestra vida, también está claro que sólo con eso no suele ser suficiente.
Si queremos alcanzar el éxito a nivel laboral, personal y de relaciones, es fundamental que seamos capaces de entender esas complejas sensaciones que todos experimentamos a diario: las emociones.
No siempre resulta sencillo identificarlas en nosotros mismos, y mucho menos en las demás personas, de forma que nuestras interacciones llegan a verse bloqueadas o dificultadas por un mal intercambio a nivel expresivo.
Está claro que para comprender al otro, no basta con atender al mensaje verbal que nos esté emitiendo. La comunicación es algo mucho más amplio, pues abarca también aspectos como la expresión facial, el tono de voz, la proximidad, las pausas, etc. Por eso, es a través de la práctica y del aumento del número de intercambios como aprendemos a entender de verdad las necesidades de los demás.
Y no sólo eso. Nosotros mismos podemos llegar a tener problemas para expresar lo que sentimos si no conocemos bien nuestros estados emocionales. A veces no logramos que el otro entienda cómo nos sentimos realmente, pues no hemos sido capaces de adecuar nuestro lenguaje expresivo a nuestros verdaderos sentimientos. Llevando el caso al extremo tendríamos el ejemplo de algunas personas con esquizofrenia o incluso los psicópatas, los cuales pueden llegar a mostrar una verdadera incoherencia entre sus estados afectivos y la imagen que vuelcan hacia el exterior.
Por tanto, si quieres comprender mejor el mundo y a las personas que lo constituyen, sería bueno que te pusieras manos a la obra. La inteligencia emocional es un bien preciado que no todo el mundo llega a desarrollar demasiado, ahora que la conoces… ¿podrás hacerlo tú?