Si amas a tu mascota, puedes tener el impulso de introducir otro perro o gato en tu casa. Aquí te presentamos algunos consejos a tener en cuenta a la hora de introducir un segundo gato en casa, para que el recién llegado se ajuste a las mascotas residentes, sin demasiados conflictos iniciales.
Visión general
Como norma general, los perros se adaptan a una nueva mascota mucho mejor que los gatos. Esto tiene que ver con los instintos sociales de las dos especies. Los perros son animales sociales. Los gatos, por otro lado, por naturaleza son criaturas solitarias, y rara vez se asocian con otros miembros de sus especies, excepto para el propósito de la cría. Los gatos, tanto las especies silvestres como los gatos caseros, pasan gran parte de su tiempo marcando y defendiendo su territorio.
En la mayoría de los casos, aunque no en todos, si tu razón principal para añadir una segunda mascota es proporcionar un poco de compañía para tu perro, este dará la bienvenida a su nuevo compañero de juegos. Pero si estás pensando en dar un poco de compañía a tu gato, es posible que quieras volver a pensarlo de nuevo.
Cuando dos perros se encuentran en el mismo entorno asignan a cada miembro de la casa, tanto animales como personas, una posición en la jerarquía. Si uno de los dos perros se contenta con asumir un papel subordinado, mientras que el otro es más dominante en la jerarquía, entonces los conflictos suelen ser evitados.
Si ambos animales tratan de alcanzar el mayor nivel de dominación, como ocurre a menudo con dos perros machos maduros, los conflictos son inevitables. Resolver un conflicto puede ser un proceso largo y difícil. En general, ésto implica tratar de establecer una diferencia entre los perros en la jerarquía. Ésto se puede hacer mostrando una preferencia en la alimentación, el aseo y la atención por el que parece ser más dominante.
La introducción de un nuevo gato en una ya casa ocupada por otro gato causa problemas en la mayoría de los casos. Podrías no ser capaz nunca de convencer a los gatos de ser “amigos”, pero puedes ser capaz de convencerlos a tolerarse el uno al otro. Exponer a los dos gatos entre sí por períodos cortos, mientras mantienes la distancia, es la mejor manera de comenzar el proceso de familiarización.
Introduciendo gatos más jóvenes
Los gatos jóvenes y los gatitos se ajustan fácilmente entre sí en cualquier momento. Si estás introduciendo dos gatitos pequeños entre sí, sólo tienes que dejar al nuevo gatito en tu casa y ver a ambos gatos interactuar. Quizá te puedas encontrar con algunos bufidos y gruñidos, pero siempre y cuando no se conviertan en agresivos físicamente sus interacciones no necesitan ser interrumpidas. Pon algunos juguetes alrededor de la zona donde se encuentran para ayudar a centrar su atención en otra cosa. Durante los primeros días, mantén a los gatos en áreas separadas cuando no estés en casa.
Introduciendo gatos mayores
Si tienes un gato adulto en casa, puede tomar tiempo que los gatos se acostumbren el uno al otro. Mantén al nuevo gato en una habitación separada por un par de días. Los gatos se olerán uno a otro por debajo de la puerta, probablemente gruñirán y tu gato puede incluso golpear la puerta. Después de unos días, deja que el nuevo gato salga fuera de la habitación. Los gatos pueden continuar a bufando y gruñiendo, y si llegan a ser físicamente agresivos tendrán que ser separados de nuevo. Con el tiempo se acostumbrarán el uno al otro.
Cuando se introduce un segundo gato en su casa, trata de dar a cada uno de los gatos la misma cantidad de atención. Alimenta juntos a los gatos. Trata de echar de comer a los gatos a la vez, o alterna qué gato recibe primero la comida. También puede ser útil tener dos cajas de arena en la casa en dos zonas diferentes para que los gatos no tengan que competir ella.