Investigar: música popular

Hace un tiempo escribi este texto... lo rescato del olvido...

No escribas nunca para tus contemporáneos, ni mucho menos, como hacen tantos, para tus antepasados. Hazlo para la posteridad, en la cual sin duda serás famoso, pues es bien sabido que la posteridad siempre hace justicia.Decálogo del escritor. Augusto Monterroso
Escribir sobre música popular en América Latina es difícil: escasez de material, dificultad para acceder a la información. 
El arte y la cultura popular forman parte de la historia de cada nación y de la vida de sus habitantes, sin embargo, en este lado del mundo, a veces, pareciera ser una parte de esa historia que ha quedado relegada o a la que no se le presta tanta atención.
La música popular Latinoamérica posee grandes personajes que han sido objeto de investigaciones y trabajos especiales: tienen libros, documentales, películas que rescatan lo que ha sido su legado (Gardel, Pedro Infante, por ejemplo), sin embargo, estos son minoría, si pensamos en el universo de talento e historia musical de la que todavía no se ha realizado estudio alguno. Si pensamos en el universo artístico que con el transcurrir del tiempo corre el riesgo de quedar relegado en el silencio.
En muchos lugares del mundo, podemos ir a una librería y encontrar biografías, entrevistas y material sobre Sinatra, Barbra Streisand o Elvis, fácilmente. En América Latina, sin embargo, aunque existen textos importantes sobre nuestra música y sus exponentes, solo son la excepción de una regla que denota un gran vacío informativo.
Quizás esto se deba a que, en contraposición con la cultura popular de Norteamérica o europea, América Latina no ha sabido encontrar del todo un lugar preponderante para sus artistas o su música popular.
Quizás nuestra identidad resquebrajada en muchos aspectos, también lleve consigo la poca valía que, lamentablemente, le otorgamos a aquellos personajes que son parte del acervo cultural y artístico.
Es por ello que, es de suma importancia, cualquier aporte que se pueda hacer, solo así se marca la diferencia entre crear nuevos conocimientos o replegarnos mucho más tiempo en la nadería del olvido.