Invirtiendo en infraestructura que fortalezca el crecimiento

Infraestructura limitada

México y en general toda latinoamérica, ha sido una región cuyas inversiones en infraestructura se han mantenido por debajo de lo necesario para lograr sacar a millones de personas de la pobreza, y es que tal como lo explicamos en un artículo anterior, la infraestructura en conjunto con la aplicación de la justicia en un fuerte estado de derecho y la formación humana, son los tres pilares para el desarrollo y la creación de riqueza.

Garantías jurídicas

Las inversiones en infraestructura, como cualquier otra inversión, necesitan llevarse a cabo en un contexto de garantías jurídicas, de otra forma, los costos se elevarían demasiado, haciendo que el propósito final de la inversión no cumpla con su objetivo que es el de optimizar y mejorar las comunicaciones y transportes en las poblaciones más vulnerables de tal forma que les permita tener más dinero disponible para gastar en consumo y así fortalecer el bucle de crecimiento económico. Con esto, decimos, por ejemplo, que la obra la autopista urbana norte en la Ciudad de México, tuvo un impacto casi nulo en la economía, ya que por su elevado costo de peaje, solo puede ser utilizada por gente ya de por si insertada y dinámica en la economía, con prácticamente todas sus necesidades de consumo económico cubiertas. En cambio, otro tipo de proyectos, como lineas del metro en la zona conurbada de la capital, léase, ciudad Neza, Chimalhuacán, Chalco, etc.. donde la gente gasta alrededor del 20% de su salario en transporte malo, lento e ineficiente; una reducción de este gasto les permitiría comprar más cosas y al ser muchos más fortalecer realmente el bucle de crecimiento económico.

¿Un cíclo vicioso?

El problema como siempre, es la falta de confianza y certezas jurídicas, lógicamente ningún inversionista querrá invertir en grandes proyectos a largo plazo, si no hay certeza., pero, donde hay pobreza y malestar social, hay incertidumbre política, creando una aparente trampa y círculo vicioso, donde la pobreza crea incertidumbre, y la incertidumbre debilita el estado de derecho y por consecuencia se limitan las inversioniones, llevándonos a una pregunta similar al del huevo y la gallina, ¿Quién fue primero?,

Conclusión

Una posible solución es que los grandes proyectos de infraestructura sean llevados en mayor medida por el estado, sobretodo aquellos dirigidos a beneficiar a las poblaciones más pobres, dejando a los inversionistas privados aquellos proyectos de mayor valor agregado o para más beneficio de las poblaciones ya insertadas