Revista Cultura y Ocio
Tiene la luz en su interior un rojocerco que esconde la esperanza verdede que sea verdad el cielo azulsobre campos cubiertos de amarillocuando el día y su sol dan en el blancoantes de que la noche cierre en negro.Flota sobre las cosas un sol negrotan ardiente que es como un ascua al rojovivo y de él brota denso un humo blancoo alta columna alzada por la verde cúpula de la selva y su amarillo tinglado de lianas y aire azul.Y no lejos también el mar azulgalopa a lomos de un caballo negroy rompe con su espuma el amarillofulgor del sol que, hacia su reino rojo,tras la cumbre, dispara un rayo verde como una flecha en busca de su blanco. Blanco por dentro y por defuera blancoes el tiempo de espera de lo azulque se desliza oscuro al casi negromientras la savia es un latido verdeque pinta en sus mejillas ese rojo rubor que a veces viste el amarillo.La mies es mucha y mucho el amarillodisperso entre los surcos bajo el blancoribete de una nube que del rojohorizonte se cuelga. No hay ya azulsuficiente en tus ojos pues lo negro de la sombra sin sueño aún está verde.Los años no perdonan y hay un verdeviejo limón amargo y amarillonaufragado en el fondo de tu negrocorazón, que tú sientes aún tan blanco, como el alma de la doncella azulante la que se inclina el ángel rojo.Misterio del color: el rojo aún verde,el vespertino azul tan amarilloy la llave que el blanco le da al negro.