Título original: It Follows
Año: 2014
Duración: 94 min.
País: Estados Unidos
Director: David Robert Mitchell
Guión: David Robert Mitchell
Música: Disasterpeace
Fotografía: Michael Gioulakis
Reparto: Maika Monroe, Keir Gilchrist, Daniel Zovatto, Jake Weary, Olivia Luccardi, Lili Sepe
Productora: Visit Films
Jay tiene 19 años. Está en lo que muchos llamarían la flor de la vida. Sin embargo, tras liarse con el chico equivocado, comienza a sentir que alguien la persigue.
Desde la sencillez y la más extrema naturalidad técnica, el joven director David Robert Michell nos presenta su segunda película, en la que se recupera el terror adolescente, y haciendo uso de las maldiciones al estilo de The Ring, alecciona al espectador sobre el peligro de las enfermedades de transmisión sexual.
Su esquemático guión escrito por el propio Michell, deja aspectos demasiado en el aire a la libre interpretación del espectador, además de contener algunas incongruencias, que si bien, se pueden pasar por alto, son demasiado visibles.
A pesar de esto, It Follows tiene algunos pequeños aciertos, el más destacable es su carismática banda sonora, muy deudora del cine americano de terror de los 80. Compuesta para solventar sus carencias visuales y de puesta en escena a la hora de recrear la tensión pretendida. Su parte visual está poco elaborada, y la puesta en escena se resiente.
Aspectos como la cambiante forma de la presencia no queda clara si es una misma entidad, son anteriores victimas (punto que no cuadra con lo que revela uno de los protagonistas) o son el reflejo del propio miedo de la víctima, en este caso, Jay (Maika Monroe).
La interpretación de Maika Monroe, a la que también hemos visto en The Guest durante la 47ª edición del Festival de Sitges, ejerce un papel correcto con la tonalidad y calidad que ofrece el film. El resto de interpretaciones se mantienen en lo justamente creíble, nada más.
La mejor baza de la película es que juega con la naturalidad, sin artificios. Pero las presencias un poco más elaboradas si que podrían haber estado, no le habría hecho ningún mal al resultado final.
No voy a negar que resulta entretenida y tiene momentos bien conseguidos que te pegan a la butaca. Sin embargo, me ha sorprendido las entusiastas y positivas reacciones del público, al menos de una buena parte. Pero como en esto de los gustos no hay nada escrito, lo respeto. Aún recuerdo cuando un servidor salió maravillado tras el visionado The Innkeppers de Ti West, mientras un elevado porcentaje de la sala echaba pestes de ella.
La cámara se muestra ávida mediante planos certeros que captan bien el juego ambiguo que nos propone su director entre los personajes ¿es una presencia o una persona la que está detrás del personaje? ¿Alguien más la ve?
Como he mencionado, la película se muestra natural, lo mismo hacen sus efectos especiales, aunque en su desenlace se inserta algún elemento digital que rompe la frivolidad que transmiten el resto de efectos artesanales y poco espectaculares. Por suerte, es un plano muy corto.
Obviando algunas incongruencias, como por ejemplo, una piscina rodeada de enchufes, o una entidad del más allá camina varios kilómetros en tan poco tiempo, digo camina, porque en la película afirman que ésta no puede correr. La propuesta de Michell no me ha parecido denostable, pero sí fácilmente olvidable. Una película que parte de una idea atractiva, no resuelta, pero que aun manteniendo entretenido con su correcta duración, me resulta fácilmente olvidable.