Revista Libros

Javier Marías

Publicado el 24 octubre 2012 por Anarod

Se rescatan ahora varios (pues en realidad suman más que los dos tomos que aparecen) libros de Javier Marías. El uno se titula Mala índole (Cuentos aceptados y aceptables).
No es precisamente el que me he lanzado a releer, por más de un motivo. El de mayor peso es que, aun considerando el tiempo transcurrido, tengo muy fresca la lectura del relato que da título al volumen, Mala índole, donde, a través de la peripecia cinematográfica de Ruibérriz (¿os suena?), un joven español contratado como asesor cinematográfico durante el rodaje de una película de Elvis Pestley...
Y es que cuando a mi casa llegó el breve tomito original y al abrirlo encontré la siguiente dedicatoria (que sin duda obedecía, o era respuesta adicional a una reciente reseña mía de Negra espalda del tiempo, libro de Javier Marías que nose entendió nada bien, creo, y cuyo recuerdo, sin embargo, sigue "moviéndome"; y no ceso de recomendar su lectura a los que quieran entrar por vez primera en el vasto campo del autor... que por cierto, recuerdo ahora al repasar las solapas, no ha obtenido aquí ni un solo Premio "digno" -si consideramos algunos recientes Premios Nacionales de Narrativa- y descontando el obtenido, ¡hace ya cuánto! por su traducción del Tristram Shandy, de Sterne)
....
pues naturalmente leí con intensida Mala índole.
                                   
Acaso por ello he ido releyendo plácidamente estas dos últimas semanas las Vidas escritas, breves y libérrimas incursiones biogáficas en Conrad, James, Turguéniev, Wilde, Joyce, Isak Dinesen, Mann, Rimbaud, Sterne, Nabokov, Henry James... Revitalización de un ¿género? soterrado en nuestras letras pero presente en las Efigies de Ramón Gómez de la Serna.
Disfruté al reencontar la veta irreverente y muy lúcida (acaso por desprejuiciada) del joven Marías, que en plena adoración por la Yourcenar, y a propósito de Yukio Mishima, escribía sin ambages... "Los hagiógrafos del escritor (entre ellos la tan babeante como luego babeada Marguerite Yourcenar) cuentan con fervor...." (pág. 198).
                                           
Todas las entradas contemplan el momento de la muerte de los autores. Y sin embargo (porque ese momento no suele proporcionar deleite, a menos que participemos de registros que...), disfruté del que refiere el adiós mundano de Oscar Wilde, cuando pidió champagne en plan última voluntad, y al serle traído, dice la leyenda que declaró con humor "Estoy muriendo por encima de mis posibilidades".
¿Os suena?
Pues eso!
(Por cierto, en el Prólogo, al preguntarse Javier Marías por qué no había alguna entrada sobre sus autores españoles preferidos, entre éstos menciona a TORRES VILLARROEL.
(Que tomen nota mis alumnos de siglo XVIII).


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