Revista Cultura y Ocio
Un 29 de mayo de 1997, Jeff Buckley falleció ahogado a los 30 años, mientras nadaba en el río Wolf River Marina, de Memphis, Tennesse. Y aún le lloramos.
Buckley había viajado a Memphis para grabar su segundo disco, que iba a llamarse "My sweetheart the drunk" (que a la postre su madre Mary Guibert se encargaría de sacar al mercado) y esa noche iba a llegar a la ciudad su banda para comenzar a trabajar en el estudio. David Browne, el autor de “Dream brother", una biografía conjunta de padre e hijo, comienza su libro contando lo que pasó ese día, en el que increíblemente ocurrió una cadena de hechos fortuitos que fueron abriendo el camino hacia la tragedia (que para mí es la pérdida más grave para la música desde la muerte de Buddy Holly, Eddie Cochran, Sam Cooke u Otis Redding).
Pero vayamos a su legado, que sino, lloro como una magdalena. Su madre se encargó de sacar a la luz todas esas grabaciones que tenían preparadas para el disco un año después, en 1998. Es un disco doble, en el primero se puede decir que estaba el disco más que mascado, con cambios en su estilo y canciones de una belleza suprema como Vancouver, Opened Once, Everybody here wants you, Nightmares by the sea o Witches' rave. En el segundo se amontonan otras tomas de temas, canciones descartadas y maquetas y algúna que otra versión (en el caso de Jeff joyas) como el Satisfied mind. Yo os voy a dejar con el tema que se perfilaba como single claro y de hecho es el único tema que aparece en ambos cd's, con dos versiones parecidas.Os dejo con este temazo titulado Nightmares by the sea.