Jerry Goldsmith: El gran talento.
Capítulo 3
A principios de los 90, Jerry Goldsmith se embarca en proyectos de menor calado comercial como Los Últimos Días del Edén, de corte exótico, Daniel el Travieso, donde capta perfectamente el carácter travieso pero a la vez noble del protagonista, y Cuatro Mujeres y Un Destino, donde el score supera ampliamente algunos momentos de la película. Sin embargo, también encontramos excepciones como Instinto Básico donde el score de Goldsmith contribuye a mantener la tensión policiaca y la sexual con composiciones que vibran al ritmo de las emociones de los protagonistas.
Con El Primer Caballero y L.A. Confidential, ésta última con nominación al Oscar incluida, Jerry Goldsmith regresa a la estela de los grandes momentos sonoros en el cine demostrando su buen hacer en dos géneros tan dispares. En la primera, experimenta con la épica de la caballería con todos sus elementos, historia de amor incluida. En la segunda construye un sólido score del mejor cine negro en una de las sorpresas sonoras de aquel año.
En 1998, su trabajo junto a M. Wilder y D. Zippel le vale una de sus últimas nominaciones a los Oscar por el score de Mulan: Composiciones en la línea melódica preferida por la factoria Disney, en este caso con abundantes arreglos de corte oriental, donde Goldsmith se encarga de la parte compositiva más clásica dotando al score de una solidez a la altura de los mejores momentos musicales de la factoría animada en la década de los 90.
Para La Momia, Jerry Goldsmith recupera el mejor sabor de la aventura en un score descriptivo y muy cuidado desde el punto de vista instrumental, que nos regala momentos vibrantes e icónicos. Su principal virtud es la de recrear una aventura sonora que, si bien puede recordar demasiado a las de cierto arqueólogo de látigo y sombrero, logra distanciarse de su alargada sombra y adquirir identidad propia y un hueco en el selecto oído de los melómanos cinéfilos.
Su participación en la franquicia Star Trek se restablece en las entregas de los años 1996 y 1999.En Primer Contacto e Insurrección respectivamente, Jerry Goldsmith cuenta con la colaboración de su hijo Joel Goldsmith, que ha seguido los pasos de su progenitor en el panorama compositivo aunque centra casi toda su producción en música para series de televisión. Recuperando el tema principal que compusiera para el primer viaje del Enterprise en la pantalla grande, Goldsmith crea composiciones vibrantes y vívidas. Instrumentación clásica y sintetización electrónica se combinan en temas icónicos que se adaptan a cada circunstancia, cada personaje y cada planeta hasta elevar la música de la saga a las estrellas que describe en cada una de las dos entregas.
En el nuevo milenio su actividad se redujo drásticamente. Aún podemos encontrar grandes momentos de lírica cinéfila en La Hora de la Araña y en Pánico Nuclear. en 2001 y 2002 respectivamente. Jerry Goldsmith se había ido retirando poco a poco, sin hacer ruido, como lo hacen los grandes que no necesitan reconocerlo, hasta su muerte en 2004.
Con Jerry Goldsmith nos dejó uno de los últimos exponentes de una manera de ahcer música de cine. Sus melodías nos traen ecos de una época en la que la imagen impresionaba la retina y la música permanecía en los oídos. Si la máxima aspiración de un artista es que su obra se recuerde, Jerry Goldsmith puede descansar tranquilo entre las estrellas que el mismo ayudó a crear.
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