Revista Cultura y Ocio
La aparición de Sally Shaw en la portada de Pulse tuvo dos consecuencias. Hizo que ella adquiriese una fama nacional… y dio como resultado numerosas cartas y llamadas telefónicas anónimas que la asustaron hasta el punto de causarle un colapso nervioso. En su estado de confusión apenas sabía lo que le estaba sucediendo, y su descripción de su propio asesinato bien pudo tratarse de una alucinación. Sin embargo, había un cadáver en el apartamento de Sally —el del ascensorista— y también una pista sangrienta que conducía al piso superior… y a otro cadáver. En esta novela, publicada originalmente bajo el seudónimo de Gregory Tree, John Franklin Bardin introduce al lector directamente en las mentes de las personas implicadas en la trama, un método poco usual y extremadamente efectivo que mantiene la tensión hasta llegar al emocionante desenlace.Aquí