Revista Política
La victoria de Jordi Hereu en las primarias para decidir el cabeza de lista del PSC, estaba cantada. Lo corrobora el cómodo margen por el que se ha producido (un 60% de los votos para Hereu y el 40% para Tura), que deja en evidencia al aparato central del PSC, patrocinador en la sombra de la candidatura de Montserrat Tura. En última instancia el resultado de las primarias significa sobre todo una derrota sin paliativos para el sector nacionalista del partido, el valedor público de Tura, cuyos personajes más significativos andan estos días dudando entre reorganizarse en el PSC o huir hacia los verdes pastos de CiU, como ya han hecho los más consecuentes de ellos.
En lo que hace al resultado de los comicios, mientras que la señora Tura sólo ha ganado en tres distritos, los tres significativamente correspondientes a barrios burgueses (Sarrià-Sant Gervasi, Gràcia i Eixample), Hereu ha ganado en siete distritos, arrasando en los barrios obreros, donde ha obtenido el 79% de los votos en Sant Andreu, el 75% en Nou Barris, el 73% en Sant Martí y el 66% en Horta-Guinardó. Hereu recibió el voto de casi dos de cada tres militantes y de casi el 40% de los simpatizantes que acudieron a votar. El descalabro de la señora Montserrat Tura ha sido pues total, lo cual no es de extrañar a poco que se conozca el mundo del socialismo barcelonés y hechos tan significativos como el de que la candidata ni siquiera pudo votar, ya que no está afiliada al partido en Barcelona.
Se trata ahora de sumar fuerzas para cerrar el paso a que la derecha reaccionaria en sus versiones/disfraces españolista y catalanista logre su sueño conjunto de 32 años: hacerse con la alcaldía de Barcelona para desactivarla. De momento la señora Tura, como era previsible, ha dicho no a figurar en una candidatura de integración socialista. Con todo, es probable que a diferencia de la Comunidad de Madrid se acabe pactando una lista con cierta integración de elementos afines a la señora Tura y al aparato central de la calle Nicaragua; el principal problema será encontrar esos afines, pues en la política municipal barcelonesa brillan por su ausencia.
Jordi Hereu ha demostrado tener redaños y cierta capacidad para maniobrar en las procelosas y estancadas aguas del PSC. La pena es que a su vez se halla rodeado de personajes en su mayoría de segunda fila, y de algunos individuos a los que más valdría jubilar de la política lo antes posible en aras del bien común. Un detalle significativo ha sido que durante la pasada campaña de las primarias, Hereu ha conseguido agrupar en torno a su candidatura a un cierto número de cuadros y técnicos del Ayuntamiento barcelonés afiliados al PSC o próximos a la izquierda local en cualquiera de sus variantes, aunque ciertamente lejos de las proporciones que tuvo ese fenómeno en tiempos del alcalde Pasqual Maragall.
En cualquier caso las primarias han servido para desperezar al electorado de izquierdas sobre todo en los barrios periféricos barceloneses, lo que ha debido empezar a preocupar y mucho en esos ambientes de la derecha catalanista que encuestas en mano pero contra toda evidencia política y sociológica, daban por cazado el oso municipal barcelonés. En realidad, la partida por Barcelona no ha hecho más que empezar.
En la imagen que ilustra el post, Mntserrat Tura i Jordi Hereu escenifican, probablemente de modo inconsciente, su desencuentro.