José Pekerman, el orgullo de algunos argentinos

Mi estado de ánimo no es importante, pero quiero decirlo. Estoy feliz, estoy alegre, contento, entusiasmado, ilusionado, emocionado, de que un tipo tan respetuoso del fútbol, del juego limpio, de la gente, y que tan lejos está de los escándalos y de la estupidez, sea recibido en Colombia con el afecto y la esperanza con la que ayer lo recibieron. Tan harto está uno de los miserables que representan en el mundo lo peor de nuestro país, que es para celebrar la noticia de que los argentinos tenemos un representante de nuestras cosas buenas en un país tan lindo y querible como Colombia. Ojalá lo ayuden todos a obtener los éxitos esperados, pero lo más importante, lo que sí uno puede garantizar es que van a tener un equipo digno, noble, LIMPIO, que podrá jugar mejor o peor, podrá ganar o perder, pero que no va a utilizar armas malintencionadas para obtener éxito ni va a esconder la basura debajo de la alfombra.  ¡Aguante José!