Revista Cultura y Ocio
El pulso narrativo que esgrime tras la cámara el director François Ozon logra construir oscuros y desasosegantes mundos ante los cuales resulta difícil apartar la mirada. No obstante, pese al innegable talento que ya ha demostrado el francés en obras como En la casa o Mi refugio, muchas de sus películas no terminan de cristalizar, ya que gran parte de sus producciones hacen aguas en cuanto al guión o a la profundidad de sus personajes. Este es el caso de su última obra, Joven y bonita, que, si bien el punto de partida parecía muy prometedor, el producto final resulta algo decepcionante.
Isabelle es una hermosa chica de diecisiete años que acaba de perder la virginidad como si se tratase de un mero trámite, con alguien a quien no quiere y sin placer alguno. Tras esta vacía experiencia decide trabajar como prostituta de lujo, a escondidas de sus padres y con una frialdad y profesionalidad que resultan completamente desconcertantes.
La referencia directa a la Belle de jour de Luis Buñuel es clara e innegable. No obstante, mientras el distante rostro de la gran Catherine Deneuve ocultaba la complejidad de un poliédrico y frígido personaje, la Isabelle de Ozon carece de profundidad y sentido, y no por culpa de la actriz. El arrebato que lleva a la protagonista a la prostitución parece una justificación gratuita sobre la cual se sostiene la totalidad del film, la joven Marine Vacth realiza una interpretación prodigiosa, sino del guión y de las vacuas intenciones de su director. No obstante la cinta no resulta en absoluto desdeñable, tanto la dirección como las interpretaciones son muy destacables, y gracias a la destreza de Ozon llega a resultar absorbente, pero la sensación perpetua de gratuidad y de vacío, y lo desagradable que resulta el poco aprovechamiento de la idea, hacen que esta obra decaiga considerablemente.
Se edita esta interesante película exclusivamente en DVD a cargo de Cameo, con más de media hora de entrevistas complementando la obra.