Señores, he caído. Pero hablemos de una cuestión de supervivencia y de adaptación al medio. Después de muchos minutos compartiendo cigarros en los descansos, tomé conciencia de ello: tenía que leer "Juego de tronos" o permancecería en silencio. Ahora me da miedo todo lo que pueda decir sobre la saga, muchas voces muy fanáticas me rodean.
Pero tranquilos, no bad news. No se ha tratado de pulverizar el insecticida y esperar a que la mosca deje de volar, no. "Juego de tronos" me ha gustado. De hecho, pienso seguir leyendo los libros que me restan y engancharme a la serie, aunque lo más probable es que no vuelva a hablar de ello en este blog. Podría llegar a ser cansino y repetitivo.
Pero vamos al gusto, ¿por qué me ha gustado? Sobre todo, sobre todo, por la intriga palaciega. Ese juego casi de tablero en el que cualquiera te puede apuñalar por la espalda y en el que los buenos acaban haciendo cosas muy malas y atormetándose por ello.
Todo lo demás, incluso quitando "lo demás", es literatura de entretenimiento, hecha para engullir en largas tardes que se hacen pequeñas tumbado en el sofá, con los antebrazos machados del peso del libro.
Para que os hagáis una idea, haría esta comparación: mejor que "Los pilares de la tierra", menos denso que "El señor de los anillos". Creo que es un buen resumen para ayudaros a decidir si la próxima vez que queráis desconectar durante muchas horas con un libro (o cinco), os decantéis por R. R. Martin.