Luego de que InGen quedara en bancarrota tras el fracaso de Jurassic Park y el posterior incidente con el T-Rex en San Diego, Masrani pudo adquirir la compañía, así como los documentos que incluían los detalles para la clonación de animales extinguidos.
Uno de los primeros productos que Masrani comercializó con este tópico fueron los crustáceos llamados trilobites. Originalmente vendidos como alimento para peces, al crecer eran los trilobites los que se alimentaban de ellos. De igual forma que InGen descubrió que el Dilophosaurus era venenoso, Masrani descubrió, por las malas, que algunas variedades de trilobites eran carnívoras además de filtradores. Esto habría sido tal vez un presagio del peligro que supone jugar con la paleofauna conocida solo por el registro fósil, pero en ese momento solo las popularizó como mascotas de acuario.
Fue entonces inevitable que Masrani dirigiera sus esfuerzos a hacia la concertación del sueño original de John Hammond: El zoológico prehistórico.
Dado que estaba protegida por el gobierno y por la opinión pública, no era posible la utilización de la Isla Sorna, que ya contaba con las instalaciones necesarias. Masrani decidió entonces que el sueño volvería al lugar donde todo comenzó: Isla Nublar.
Luego de los hechos acaecidos en la primera tentativa, los dinosaurios escaparon de sus recintos y se propagaron por toda la isla. Grandes fueron los esfuerzos por exterminarlos, pero fue imposible erradicarlos. Sin embargo, se los pudo aislar en la zona norte de la isla, y luego de que el área fuera asegurada, comenzaron las obras. El sueño estaba un paso más cerca de ver la luz.
Entretanto, en medio de la selva, en algún lugar de África, se estableció el Criadero, el "Enclave B-2", donde los animales serían creados y domesticados antes de ser enviados al parque.
Para mantener todo en el más absoluto secreto, el Criadero estaba completamente aislado, sin comunicación con el resto del mundo más que con Masrani. Las instalaciones se autoabastecerían de energía mediante paneles solares y turbinas eólicas colocadas por encima de los árboles.Cuando finalizó el control animal de Isla Nublar comenzaron tanto las obras de construcción del nuevo parque como las tareas de clonación en el Criadero. Entre los primeros animales que rompieron el cascarón de sus huevos en aquella aislada instalación de la selva africana se encontraban un Tyrannosaurus Rex, un Stegosaurus, un Apatosaurus, un Triceratops, un Pteranodon y un Velociraptor.
Estos son los animales a los que atañe esta historia, puesto que son los animales que escaparon de sus recintos una noche en la que un rayo golpeó uno de los generadores, provocando un cortocircuito que desactivó las vallas electrificadas. Durante la noche los citados animales se dieron a la fuga. Se presume que el primero en hacerlo fue el raptor, puesto que a la mañana siguiente se descubrió el cadáver del operario que estaba de guardia, y no pudo dar la alarma debido a que fue atacado.
De inmediato se procedió a rastrear y recapturar a los animales, tarea para nada fácil en la frondosa selva. Sólo se halló al Velociraptor, que fue ejecutado como medida de seguridad (una vez que un animal mata a una persona, aprende que el ser humano es fácil de matar, por lo que el hombre se convierte, a partir de ese momento, en su presa predilecta. Se cree que fue por esta razón que permaneció cerca de las instalaciones). Los demás esfuerzos por hallar al resto de los animales fueron inútiles: la tormenta había borrado cualquier señal que los mismos hubiesen podido dejar a su paso. De no ser por la "ayuda" de los lugareños, las bestias jamás habrían sido recapturadas. Y es que el folclore local incluye descripciones de criaturas similares a las prófugas, lo cual permitió localizarlas sin dar a conocer el secreto.
Las criaturas legendarias que sirvieron de máscara a los dinosaurios (y al reptil volador) fueron el Kasai Rex, el Mbielu-mbielu-mbielu, el Mokèlé Mbèmbé, el Ngoubou o Emela-ntouka y el Kongamato.
Luego de este incidente fueron reforzadas las medidas de seguridad del Criadero, así como las que luego se tomarían en Jurassic World.
ZABARAPTOR (Joaquín Zabalegui)
Otro de los relatos participantes en el Cuarto Certamen Literario Koprolitos es este, firmado por Joaquín Zabalegui, que además nos enviaba los siguientes dibujos. ¡Gracias Joaquín!