El estreno de esta semana en los cines de la película “Jurassic: World II: el reino caído” vuelve a poner en primera fila el fenómeno llamado “dinomanía” en la que juguetes, series y libros tiene en su epicentro a los dinosaurios.
Una historia de ciencia ficción que trata la influencia del ser humano en la naturaleza, a través de la genética, para obtener beneficios económicos. ¿Sátira?
Un grupo de científicos contratados por el millonario John Hammond crean, en una isla cerca de Costa Rica, una reserva biológica dentro de un parque de atracciones, cuya principal atracción, valga la redundancia, son las insólitas especies que habitan dicho lugar: Dinosaurios.
Pero para que este proyecto tenga vía libre y pueda abrir sus puertas al público para que disfruten de estas espectaculares especies, ya extinguidas, invitan al doctor Alan Grant (Paleontólogo), a la doctora Ellie Sattler (Paleobotánica) al matemático, especialista en la Teoría de caos, Ian Malolm.
Todo iba bien durante la visita cuando, por diversas causas que se encuentran en un mismo momento, se produce un fallo en el sistema de seguridad del parque y los dinosaurios pueden campar a sus anchas sin modo de detenerlos.
Una historia llena de acción y aventuras que se convirtió en Best-Seller y fue, más adelante, origen de una de las sagas cinematográficas más importantes de la historia del cine.
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