Revista Cocina

Jurel al horno

Por Carmenrosa @MicocinaCR

JUREL AL HORNO
No sé si a Vds les ocurre pero yo unas cuantas veces durante el mes suelo ir comprar los productos no perecederos a grandes superficies, generalmente a una de origen francés o a otra donde suele llegar antes que a ningún otro lugar la primavera, como excepción y por contados productos, o bien por la cercanía a la hora de algún olvido a una gran superficie de nombre corto de difícil pronunciación, concretamente alemán y a la gran extendida por todo nuestro territorio nacional cuyo dueño es tan “hacendoso”.
Quizás por “deformación” gastronómica, o con casi total seguridad por mi gran pasión por el mar, por su flora y su fauna, por bucear, navegar, nadar…y por qué no decirlo una vez más, por mis mayores marengos y pescadores que me criaron alimentándome casi a base de “pescaitos” malagueños, no hay una sola vez que no dedique una miradita a la sección de pescadería.
Lástima me da que en una ciudad costera, con una dilatada tradición marinera y con una cultura gastronómica tan rica y antigua con respecto a los productos del mar, observar los tipos de pescados que tienen en venta, ya no solo congelados o empaquetados en bandejitas en refrigerados; pero sobre todo me resulta totalmente increíble el mostrador de los “frescos”….y tanto que frescos, absolutamente todos (grandes, pequeños, mariscos etc.) colocados encima de la nieve y en algunos casos rociados con agua   continuamente.   ¿Tan difícil resulta hoy en día conocer los productos propios de nuestro litoral?   Tan fácil como ir a las pescaderías de nuestros mercados, o a las de las barriadas, al pescadero vecino y de confianza.  
En mi caso, y no es prepotencia (siento si lo parece) el conocer la fauna de la costa malagueña, ver el estado de la mar y  saber si es posible que hayan salido los barcos a faenar, la época de pesca de cada especie…y reconocer en gran medida si el pescado está “vivito y coleando”……
Una de las especies donde más suelo apreciar la diferencia es en los jureles.   En los mercados y puestos malagueños, el consumo y la venta de tan fantástico carángido es bastante alto y preceden de nuestras costas, cuyo nombre científico es Trachurus Mediterraneus.   El llamado jurel blanco, aunque suelen tener un brillo amarillo dorado bastante característico; en cambio, en las grandes superficies encontramos jureles de diferentes procedencias (generalmente de Francia).   
Los jurelitos o jureles (dependiendo del tamaño así los llamamos), el jurel blanco malagueño, reciben diferentes nombres: llamado en la zona de Estepona: jurel dorado, en la Caleta de Velez: jurel amarillo o en Marbella y Fuengirola: jurel carlino, en Granada le llaman: jurel de pesquera y en Almeria: jurel de traíña; aunque en buena parte de Andalucia también se le conoce como chicharro.   
Adoro ver los jureles cuando buceo, son confiados, curiosos y nada temerosos, buenos nadadores, cuando intuyen que no les haré daño me rodean, se acercan a mis gafas de buceo y se acercan en grupos más o menos numerosos incluso cuando, con erizos o mejillones que voy abriendo se aventuran a comer sin miedo alguno.
Los alevines habitualmente se resguardan bajo las medusas, incluso en restos flotantes, con frecuencia se mezclan con boquerones.
Al contrario que otras especies de jureles, el jurel mediterráneo suele vivir cerca de la costa, se mueven en bancos alimentándose de peces, pequeños crustáceos y los mayores incluso de cefalópodos (pequeños pulpos, jibias y calamares).
Su pesca se realiza principalmente por la noche, son atraídos por la luz de las embarcaciones pesqueras, por las traíñas, utilizándose las artes de pesca bien mediante el cerco, con arrastre de fondo y trasmallo.
El mar Mediterráneo y concretamente el Mar de Alborán que baña nuestras costas ha influido a través de los siglos en la idiosincrasia de los malagueños, al igual que su clima, su sol en su gastronomía….. ¡¡ no la perdamos !!
Les animo, sobre todo a l@s malagueñ@s que siguen mi blog a consumir nuestros productos, a no perder nuestras ancestrales costumbres en la cocina, a no olvidar la dieta mediterránea.
JUREL AL HORNO
En ésta ocasión, proponiéndoles un riquísimo jurel al horno.  Un jurel blanco y bien hermoso que llegó a mi cocina, desde el puesto de nuestro amigo Juani del Mercado de Atarazanas; aún con la boca abierta, brillante, rígido y con los ojos que parecían que aún me podía ver.  Y algo realmente importante hoy en día, el precio de un jurel de éstas características: Un euro y medio….  
JUREL AL HORNO
¿Cómo lo hice?

Precalentar el horno a 180º C.

Hacerle dos cortes transversales en cada lado y salar al gusto (no quitarle absolutamente nada…si es fresco al hornear o asar todo su interior le aportará un maravilloso sabor).

Colocarlo en una fuente con un generoso chorreón de aceite de oliva virgen extra (hoy de Periana, en honor a que ayer fue el dia del aceite verdial en éste precioso pueblo malagueño al que le tengo un especial cariño; uno de los mejores aceites del mundo, con más solera de la Axarquía, el oro liquido, el verdial…tan arraigado en mi familia).

Agregarle medio vaso de vino blanco (uso un fino Montilla-Moriles) rebajado con un poco de agua.   Hornear durante unos quince o veinte minutos (dependiendo del tamaño).
Mientras cocer unas patatas en rodajas.
Machacar en un mortero dos dientes de ajo, una pizca de sal y una ramita de perejil y una vez hecho el “majaillo” añadir el zumo de un limón.  Reservar.

Una vez listo el pescado, sacarlo del horno y emplatarlo.
Preparar la salsa, echando los jugos que han quedado en la fuente de hornear en el mortero mezclándolo bien con el majaillo.
Colocar las patatas junto con el jurel y salsear generosamente, tanto el pescado como las patatas.
Acompañar con  ensalada (en ésta ocasión lechugas variadas, rúcula y tomatitos).

¡¡ Buen provecho !!   
Quiero compartir con Vds. el último cuadro que cuelga de mi cocina real: los ajos.  Lo ha pintado en unos pocos dias un gran artista malagueño, que a pesar de sus 83 años no le tiembla la mano cuando le pido un cuadro, una maraviollosa obra que no ha salido muy favorecido, pero es precioso.    El pintor: mi suegro.     JUREL AL HORNO

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