Klanghor, en vivo (zamora)

Cuando Klanghor se sube al escenario sufro un aparatoso regreso al pasado, a la adolescencia, que suele terminar con cadáveres  en la cuneta. Una experiencia que, a pesar de divertida, siempre me hace pensar que nos hacemos viejos. Irremediablemente. Porque Klanghor son ese grupo que habita en todas las ciudades, pequeñas y grandes, ese grupo que ha estado ahí desde hace muchos años, de forma permanente, viendo pasar generaciones diferentes por delante de su escenario, escuchando sus apocalípticos temas, sus discos desapercibidos que suponen un ingente soplo de aire fresco para el anquilosado hard rock español. Se trata de un grupo de metal, un proyecto radicalmente técnico, aburrido en ocasiones por la perfección más absoluta, la búsqueda del diccionario como herramienta para las letras y un tratamiento diferente de la instrumentación: charango, guitarras eléctricas, guitarras acústicas, piano, bajo y batería. Cuatro músicos amigos repletos de un talento que parece diluirse en la densidad de una ciudad dormida, oculta, lejos de las grandes discográficas -si es que quedan restos de ellas- y de los centros de poder. Disqueros pulsando play mirándose el ombligo y nosotros, pensando que somos decentes, que podríamos seguir siéndolo una temporada más, pero no podemos sacar la cabeza en esta ciudad. ¿Sabes por qué? Porque la ciudad se llama Perdición. Así es.