Kodak y la caducidad de las imágenes externas

porque sé que lo que a ti te falta
me sobra.
Los Enemigos
 Pertenecemos a una generación cultivada por la imagen y me he dado cuenta de que casi no tenemos imágenes propias. Por mucho que avancen las aplicaciones móviles las únicas fotografías que nos pertenecen son mentales, aquellas que vienen de serie dentro de las canciones, aquellas cosas que pudimos saborear con nuestros propios ojos, las palabras dichas, las manos entrelazándose en el borde infinito del Océano interior. Las imágenes nos facilitan la comprensión, está claro, pero delimitan en exceso nuestra visión del mundo, quizá por eso, por encontrarnos en búsqueda permanente, en entendimiento perpetuo, no necesitemos más megapíxels, carretes Kodak caducados desde hace siglos o MMS donde cargar recuerdos que de otro modo puede que resultaran insignificantes. Para imagen, ésta, la que llevo aquí dentro. Ésa sí facilita la comprensión del universo.