Revista Cocina
Estas pastas ligeramente dulces están rellenas de una buena cucharada de fruta (en este caso manzana), y son ideales para el desayuno. Son típicas de la República Checa, en el este de Europa, y se remontan a principios del siglo XVII, época en que se servían en las bodas. Se puede también preparar una versión salada, rellenándolas con una cucharada de queso de cabra.Con esta receta participo en el reto Reposteras por Europa. Nuestra anfitriona es Nuria, (7Migas Dulces), que este mes nos ha llevado a la República Checa a investigar sobre su repostería.
Ingredientes:
350 gr de harina40 gr de azúcar5 gr de levadura de panadero fresca20 mililitros de agua templadauna cucharadita de sal60 gr de mantequilla fría en dados2 huevos (uno para pintar)una cucharadita de zumo de limón120 mililitros de leche evaporada3 manzanas peladas y cortadas en daditos pequeños
Preparación:
Disolver la levadura en un cuenco con el agua templada y la mitad del azúcar. Tamizar la harina con la sal y el resto del azúcar. Ponerlo en el recipiente de la batidora con ella a baja velocidad, incorporar los dados de mantequilla y batir hasta que parezcan migas.
Batir el huevo y añadirlo junto con la levadura a la masa de la harina, continuando con el zumo de limón y la leche evaporada, remover hasta que se forme una masa homogénea.Poner la masa en una superficie enharinada, formar una bola, envolverla en film transparente y dejarla en el frigorífico unas dos horas (yo la dejé toda la noche).
Precalentar el horno a 180 grados.Cubrir una bandeja de horno con papel sulfurizado. Sacar la masa del frigorífico y en una superficie enharinada extenderla con un rodillo. Formar un rectángulo de unos 3 0 4 milímetros de grosor. Dividir la masa para que salgan unos 30 cuadrados y colocarlos en la bandeja del horno. Echar una cucharada de daos de manzana en el centro de cada cuadrado de masa. Doblar dos esquinas opuestas del cuadrado de masa por encima de las manzanas y pellizcar las puntas.
Dejarlo reposar en un lugar templado unos 20 minutos. Pintarlos con huevo batido y dejar cocer en el horno durante unos 10, 12 minutos. Sacar las pastas del horno y dejarlas enfriar sobre una rejilla.
Servirlas templadas.