El informe «Adaptación en Europa»en describe las políticas y varias de las medidas adoptadas a escala de la UE y por parte de los países europeos. Por el momento, la mitad de los 32 países miembros de la AEMA en cuenta con planes de adaptación, y algunos han empezado a tomar medidas, aunque aún queda mucho trabajo pendiente en todos los países.
6 de mayo – Si bien los esfuerzos de mitigación mundial deben seguir aspirando a limitar los incrementos de temperatura a 2 °C, el informe señala que es necesario prepararse para una serie más amplia de incrementos de temperatura y otros cambios climáticos. Ello es necesario con el fin de tener debidamente en cuenta las numerosas incertidumbres que pesan sobre las proyecciones climáticas y socioeconómicas.
Un informe anterior de la AEMA puso de manifiesto que el cambio climático está afectando ya a todas las regiones de Europa, con repercusiones muy diversas sobre la sociedad y el medio ambiente. De no tomar medidas, en el futuro cabe esperar mayores impactos. Las observaciones indican un incremento de las temperaturas medias en toda Europa. Las precipitaciones disminuyen en las regiones del sur y aumentan en las del norte de Europa.
Jacqueline McGlade, Directora Ejecutiva de la AEMA, afirma: «La adaptación se refiere a nuevas maneras de pensar y abordar los riesgos y peligros, la incertidumbre y la complejidad. Exigirá que los europeos cooperen, aprendan mutuamente e inviertan en las transformaciones a largo plazo necesarias para mantener nuestro bienestar ante la perspectiva del cambio climático.»
El informe se ha presentado hoy durante una conferenciaen sobre la Estrategia de la UE en materia de adaptación al cambio climáticoen, cuyo objetivo es apoyar unas políticas de adaptación coherentes e integradas en la UE en los distintos sectores.
Europa empieza a adaptarse
El informe recomienda una combinación de diferentes medidas: medidas «grises», como los proyectos tecnológicos y de ingeniería, planteamientos «verdes» basados en ecosistemas que utilizan la naturaleza, y las llamadas medidas «blandas» como las políticas para cambiar los planteamientos en lo que se refiere a la gobernanza. Según el informe, los proyectos de adaptación más eficaces suelen resultar de la combinación de dos o más enfoques diferentes.
Por ejemplo, la adaptación en las costas mediterráneas de Francia utiliza un enfoque integrado que tiene en cuenta el cambio climático, el turismo, el transporte y la biodiversidad. En las zonas urbanas, los espacios verdes y las masas de agua se combinan con el diseño de edificios para reducir los riesgos de las olas de calor. Barcelona también ha empezado a adaptarse a la escasez de agua con una nueva planta de desalinización altamente eficiente. Este proyecto «gris» se complementa con otras iniciativas «blandas», caso de los incentivos para reducir el consumo de agua, con el fin de mitigar los impactos de sequías prolongadas.
Aunque, en algunos casos, el coste de la adaptación puede ser elevado, el informe hace hincapié en los ahorros globales que suponen algunas medidas de adaptación. Uno de los proyectos de adaptación más importantes basado en los ecosistemas consiste en restaurar la cuenca del río Danubio a su estado natural anterior. Aunque el proyecto tendrá un coste cifrado en 183 millones de euros, ayudará a evitar inundaciones como la de 2005 que, por sí sola, provocó daños por valor de 396 millones de euros.
En Europa se han establecido sistemas de alerta rápida que contribuyen a prevenir los incendios forestales, las inundaciones y las sequías. Este tipo de medidas blandas puede ayudar a las comunidades a hacer frente a los riesgos, indica el informe. En Italia, un proyecto similar ha instaurado sistemas de alerta rápida para las enfermedades transmitidas por mosquitos que se espera aumenten con el cambio climático.
Retos futuros
El informe añade que Europa debe adaptarse al cambio climático de manera coherente, garantizando que la adaptación se integre tanto en las políticas de la UE como en las nacionales. No existe ningún enfoque único para todos, y la adaptación al cambio climático debe responder a las condiciones nacionales y locales.
Siguen generando incertidumbre las proyecciones relativas al cambio climático, y es difícil estimar con precisión los riesgos futuros, puesto que los aspectos socioeconómicos también varían. Por estas razones, según el informe, la planificación a la adaptación debe ser lo suficientemente flexible como para hacer frente a circunstancias imprevistas y a una serie de cambios climáticos futuros. Por ejemplo, la modernización de la Barrera del Támesis que protege Londres de las inundaciones costeras está siendo planificada con el fin de mantener abiertas las opciones, de manera que pueda adaptarse en función de las tendencias en el aumento del nivel del mar.
Climate-ADAPTen cuenta con un vasto conjunto de estudios de casos y otras informaciones destinadas a ayudar a países, regiones y ciudades a adaptarse al cambio climático. El sitio web incluye información sobre impactos climáticos previstos y acciones nacionales, así como noticias y futuros eventos.
Descarga el informe completo: Adaptation in Europe [PDF]