A lo largo de diferentes entradas hemos analizado el grado de compromiso con la sostenibilidad de la industria agrícola en la provincia de Almería y tratado de identificar barreras que limitan este compromiso así como potenciales beneficios que podrían obtenerse.
Hace apenas un par de días se presentaba este estudio que afirma que cada hectárea de invernadero en Almería es capaz de fijar 10 toneladas anuales de CO2 (es lo que entendemos dentro de su confusa redacción) , la cifra no es nada despreciable, y a la espera de conocer en detalle el estudio, merece la pena poner sobre la mesa cómo debería abordarse la medición de la huella de carbono en la agricultura intensiva de Almería, dado que parece que el interés es creciente y conviene fijar unas reglas comunes que permitan compartir y comparar datos.
Plantémonos ahora en el supuesto de que todo cambia y la industria agrícola almeriense inicia el camino de la sostenibilidad en su actividad, planteándose por donde empezar decide que la Huella de Carbono es un buen indicador y punto de partida para ir abordando cada más aspectos relacionados con la sostenibilidad y quiere hacerlo desde el punto de vista de los productos, es decir, desde la óptica de buscar un tomate, un pimiento, berenjena, melón o calabacín neutros en carbono.
La Huella de Carbono de un producto es una herramienta de medición, gestión y comunicación de gases de efecto invernadero (GEI) relacionadas con los bienes y servicios que han intervenido en la producción de una unidad de un determinado artículo o producto, en este caso, una unidad de hortalizas. Ya explicamos en Sostenibilidad para Dummies qué era la huella de carbono, cuya metodología de cálculo se basa en una evaluación del ciclo de vida (ACV), aunque centrado en un solo tema, que es el calentamiento global.
Un número creciente de empresas ha empezado a cuantificar la huella de carbono de sus productos, dentro de la agricultura destaca por ejemplo el sector vinícola, y las compañías han hecho estos esfuerzos por múltiples razones: fomento de reputación en el mercado, implicación junto con sus proveedores, clientes y otros grupos de interés en resolver una problemática global asociada a la sostenibilidad o el señalado primer paso hacia una huella ambiental más amplio.
Ahora bien, la creciente atención a la huella de carbono de los productos y los esfuerzos para simplificar los análisis de la huella de carbono son muy bienvenidos en el camino hacia la sostenibilidad. Sin embargo, el gran número de normas e iniciativas puede ser abrumador y confuso para las empresas, lo que les lleva a plantearse preguntas: ¿Qué estándar puedo elegir? ¿Cómo puede una empresa decidir cuál modelo de medición de huella de carbono contribuye mejor a mi estrategia de sostenibilidad? ¿Debo elegir un único modelo o debo ser flexible y adaptarme a todos los existentes? … en definitiva, ¿qué modelo o referencia sería el idóneo para aplicar a la actividad agrícola?
Modelos de referencia en la Huella de Carbono de productos
En respuesta a la necesidad de transparencia en los gases de efecto invernadero (GEI) de los productos, varias normas se han desarrollado, habiendo tres principales estándares de la Huella de Carbono de productos que son o serán aplicadas en todo el mundo: PAS 2050, GHG Protocol e ISO 14067.
- PAS 2050 ha sido desarrollado por los British Standards (BSI) y entró en vigor en octubre de 2008. PAS 2050 ya se ha aplicado por muchas compañías de todo el mundo y ya ha sufrido algunas revisiones (octubre de 2011).
- La norma de producto GHG Protocol ha sido desarrollado por el WRI / WBCSD y fue puesta a prueba por más de 60 empresas durante 2010, antes de ser lanzada definitivamente en octubre de 2011.
- ISO 14067 DS se lanzó a finales de 2012.
Los tres estándares proporcionan requisitos y directrices sobre las decisiones a tomar al realizar un estudio de la huella de carbono. Las decisiones implican cuestiones de análisis de ciclo de vida (LCA), como objetivos y alcance, las estrategias de recolección de datos y presentación de informes. Por otra parte, estas normas establecen requisitos sobre temas específicos relevantes para las emisiones de carbono, como el cambio de uso del suelo, la absorción de carbono (lo que hemos comentado anteriormente en relación a cantidad fijada por unidad de superficie de invernadero), las emisiones de carbono de origen natural, el intercambio de carbono en el suelo, y la electricidad verde.
Las tres normas se basan en los métodos de evaluación de ciclo de vida existentes establecidos a través de la norma ISO 14040 e ISO 14044. Sin embargo, existen pequeñas diferencias entre las normas, de hecho las organizaciones BSI, WRI / WBCSD e ISO cooperaron para aumentar la alineación de los estándares. Aunque por ejemplo la norma ISO 14067 está siendo considerada como la norma más general, aunque algunos requisitos son muy específicos, por ejemplo, requisitos sobre el uso de la electricidad verde, mientras que PAS 2050 y GHG Protocol proporcionan requisitos más detallados y orientaciones con menos espacio para la interpretación. En sus últimas actualizaciones PAS2050 se hizo más acorde con el protocolo GHG.
Dentro de esta diversidad, la existencia de tres niveles dentro del alcance de las mediciones si supone la mayor confusión a la hora del cálculo por parte de las empresas, algo que además es importante a la hora de realizar comparaciones por la influencia en el resultado final que puede llegar a tener.
Además de estas tres normas, existen otras iniciativas y enfoques, algunos de ellos específicos para la agricultura que ya repasamos, creados por diferentes organizaciones públicas o privadas en el ámbito regional y local. Lo que significa que ¿cómo puede una empresa decidir cuál de carbono estándar huella contribuya mejor a su estrategia de sostenibilidad?
Huella de Carbono de los productos agrícolas de Almería: ¿Qué camino tomar?
Desafortunadamente no hay una respuesta sencilla a estas preguntas. Pero hay algunas claves que pueden ayudar a responder a ellos.
Paso 1: Conocer el entorno y sus demandas en relación a la Huella de Carbono:
Con base en la investigación documental, el conocimiento interno (y externo) y las aportaciones de las partes interesadas de esta industria se puede extraer de los acontecimientos relevantes en su sector y empresa. Para ello, hay que encontrar respuesta a preguntas como:
- ¿Qué están haciendo los competidores?
- ¿Hay iniciativas del sector?
- ¿Qué acciones y proyectos gubernamentales están llevando a cabo en los mercados de referencia?
- ¿Cómo encaja la Huella de Carbono con las políticas y estrategias internas de nuestra empresa en materia de sostenibilidad?
Un análisis de esta información proporcionará una visión compartida en el contexto Huella de Carbono para la empresa y sus productos, lo que ayuda en la definición de los desarrollos y oportunidades más relevantes y le permite establecer prioridades a la hora de actuar.
Paso 2: Alinear los diferentes intereses en torno a la Huella de Carbono
Muy importante es determinar si vamos en la dirección correcta, y para ello nada mejor que identificar las principales partes interesadas, así como las mejores prácticas dentro de su empresa. En función de sus prioridades también puede organizar reuniones con representantes de las organizaciones pertinentes, como las asociaciones sectoriales o representantes de la industria agrícola.
Una vez identificadas, es clave consultar a las partes interesadas, lo que ayudará a clarificar las diferentes perspectivas sobre la Huella de Carbono en y fuera de la empresa, o en relación con un determinado producto. Una vez establecidos los grupos de interés y sus puntos de vista, estos pueden ser alineados, es decir, ver que aspectos tienen coincidencia y en cuales no, para determinar de qué manera se incorporarán. Esta “alineación” de los grupos de interés tiene como objetivo establecer una base común en la cuantificación y notificación de las métricas de la Huella de Carbono, además de poder ser un impulso y aliciente para una organización a la hora de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y la creación de valor asociada a estas acciones, puesto que puede convertirse en un objetivo compartido por diversos departamentos, así como proveedores, clientes y hasta consumidores, siendo clave para ello la comunicación de estos compromisos con la sostenibilidad.
Paso 3: Diseñar un Plan de trabajo y acciones relacionadas con la Huella de Carbono
No basta con conocer y tener un objetivo, llegados aquí es importante crear una hoja de ruta que contenga las ambiciones y las acciones de su empresa, y trasladarla a un soporte que permita tenerla presente, conocerla y divulgarla.
- Tras evaluar la situación actual y sus metas a largo plazo, hay que definir una visión inspiradora de los logros a conseguir por la empresa para involucrar a los empleados.
- Dividir las metas en acciones concretas, abordables y medibles, más pequeñas. Es importante enfocar el proyecto de Huella de Carbono de los productos, como un proceso iterativo, de suma de muchas acciones.
- Aprender lo que funciona para cada empresa y lo que no, es una experiencia importante que ayuda a las organizaciones y empresas a alcanzar sus objetivos. Esto también concuerda con el hecho de que no existe un criterio uniforme, por lo que puede ayudar a cambiar el modelo a aplicar si se viera que no es el más adecuado.
Los pasos anteriores pueden ayudarle a elegir la norma o el modelo que ofrece la mejor orientación para una empresa de cara a la realización de estudios de Huella de Carbono y proporcionar credibilidad a las mediciones de la misma que realicen las empresas.
¿Que dice el sector agrícola sobre la Huella de Carbono?
Hablábamos antes de alineamiento entre los objetivos de la empresa o la industria y las demandas de la sociedad, los consumidores o los clientes, y se apuntaba la necesidad de consultar esa demanda para intentar coincidir en gran medida. Ya repasábamos algunas iniciativas de medición de Huella de Carbono en la agricultura, a lo que se suman iniciativas concretas por parte de cadenas de supermercados que ya han empezado a desarrollar protocolos propios en materia de sostenibilidad y medición de Huella de Carbono,
Entre las normas privadas figuran los programas aplicados por algunas cadenas de supermercados como, por ejemplo, Casino21 (Francia), Leclerc22 (Francia) y Migros23 (Suecia). No siempre es fácil acceder públicamente a los datos exactos del cálculo de estos programas privados, aunque los resultados se comunican tanto en las etiquetas como en los sitios web. También cuentan con iniciativas sobre Huella de Carbono otros grandes minoristas como Walmart24, Asda25 y Waitrose26, aunque parecen centrarse más en la reducción de las emisiones de GEI de la empresa y de la cadena de suministro que en la Huella de Carbono de productos concretos o en contar con un etiquetados relativo a este indicador de sostenibilidad.
Nuestra Hoja de Ruta para el cálculo de la Huella de Carbono:
De todo lo expuesto e incorporando la visión actual que tiene el sector agrícola sobre sostenibilidad y la medición de su Huella de Carbono y las experiencias que hasta la fecha han tratado de abordarla, nos permitimos proponer un itinerario de acciones, a modo de Hoja de Ruta, con la que creemos que debe marcarse el camino a seguir para alcanzar una agricultura intensiva en Almería neutra en carbono.
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Contar con unos principios básicos y una metodología concreta a seguir para elaborar el inventario de Gases de Efecto Invernadero (GEI). Establecer unas referencias comunes, de acuerdo con los diferentes grupos de interés, de manera que facilite la comparación de datos entre territorios y empresas. Nuevamente es importante señalar: dejar bien claro el alcance.
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Determinar el modelo a aplicar para calcular la Huella de Carbono de un Producto.
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Extender el compromiso y calcular también la Huella de Carbono de toda la organización/empresa.
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Establecer las fuentes de información, bases de datos y herramientas disponibles para facilitar el cálculo de la Huella de Carbono y el contacto con los grupos de interés. Muy importante ese trabajo en red que permita compartir conocimientos y experiencias y “la alineación” entre los objetivos de la empresa y las demandas de su entorno.
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Definir los principios que van a guiar la comunicación de la Huella de Carbono del producto o empresa a los diferentes perfiles de grupos de interés, así como las medidas para comunicarlo de una manera eficaz.
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Diseñar los mecanismos de reducción y compensación de emisiones.
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Poner en marcha un Proyecto de Compensación de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero que no puedan ser reducidas o evitadas.
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Usar la información derivada de los resultados del calculo de la Huella de Carbono para mejorar la gestión de la empresa y generar impacto positivo en el sector agrícola y toda la comunidad.
Puede que parezca ambicioso, pero creemos que poco a poco estas iniciativas en materia de Huella de Carbono van a comenzar a ser cada vez más comunes, sobre todo por la demanda de consumidores y clientes y la creciente toma de conciencia del sector de la agricultura y la alimentación por abordar las cuestiones relativas a la sostenibilidad en su proceso productivo, una vez que las relativas a calidad y seguridad parecen más que conseguidas y surgen nuevas preocupaciones e intereses en torno a la mejora del mismo. Y desde TE HAGO ECO, queremos contribuir a satisfacer estos nuevos intereses en pos de la sostenibilidad.
@tehagoeco Creamos y hablamos de sostenibilidad¿Quieres contribuir a impulsar un nuevo modelo agrícola en Almería mucho más alineado con la sostenibilidad? Te ayudamos a hacerlo, somos el blog de la empresa social SOSTENIBILIDAD A MEDIDA.
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