Colaboración de José Marcano
Hace algún tiempo en ese lugar donde hoy los bosques se visten de espinos se oyó la voz de un poeta gritar:
“Caminante no hay camino,
se hace camino al andar…”
“Caminante, son tus huellas
el camino y nada más;
caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.
Al andar se hace camino
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
Caminante no hay camino
sino estelas en la mar…”
Así nos lo ha contado Antonio Machado y así es el trabajo interior, no hay camino aunque sepas que hay una senda hacia tu excelencia personal, la ruta a transitar ha de ser sobre tus propias huellas y sobre ellas tu andar, y así harás tu propio camino. Date tu propio tiempo…
Así es y así será el trabajo interior, “tiene sus leyes, sus ejercicios, sus clave y es de gran alcance si se lleva a cabo rigurosamente” ha dicho Ramiro Calle (2008). El trabajo interior que puedes aplicar sobre ti mismo, has de asumirlo desde la alegría y desde la esperanza y con el propósito claro y focalizado para modificar hábitos psicológicos, reacciones emocionales, conductas insanas y repetitivas, y te ayudará de un modo especial para reorganizar tu pensamiento y superar esos modelos mentales que solo generan infelicidad, eliminar condicionamientos limitantes que impiden tu desarrollo armónico.
El trabajo interior es un viaje hacia ti mismo, hacia adentro, para revisarte, buscarte, conocerte, transformarte y realizarte. Es un empezar a ser tú mismo, sin mascaras ni autoengaños o justificaciones.
Es más fácil de lo que a veces creemos o imaginamos, mientras tratamos de avanzar a veces infructuosamente en medio de un marasmo de cosas, que nos trastoca, nos vulnera y nos lleva a la estéril confrontación con la propia infelicidad, y digo estéril porque en la mayoría de las veces, lejos de lograr vencerla y superarla, la atraemos y la alcanzamos para quedarnos inconscientemente con ella que con mucha habilidad logra disfrazarse de “normalidad”. Por ello alguna vez en medio de mi propia experiencia, vino a mí una expresión, un pensamiento, alguna reflexión que me ha servido de premisa y conclusión para continuar y profundizar, tanto en mi propio camino, como en el camino para ayudar a muchos…: “parece que para la persona humana es más fácil engancharse con la señora Infelicidad, que dejarse de ella, dejarla pasar y despedirla, diciéndole adiós señora Infelicidad, adiós…tú no eres mi destino.
Por ello te digo que tu si puedes, que tu si puedes iniciar tu propia ruta por el sendero hacia la excelencia, y que tan solo necesitas darte tu tiempo para iniciar tu trabajo interior. Y para eso te invito, con alegría y con la esperanza porque delante de Ti, está tu mejor oportunidad.
Tómate tu tiempo, date tu tiempo, ubícate en algún lugar tranquilo sin distracciones, y trata de serenarte, puedes estar sentado con tu espalda recta y apoyada, o tal vez acostado pero dispuesto a un descanso activo, sin dormirte… respira profundo…siente como el aire penetra en tus pulmones y en todo tu cuerpo, toma conciencia de tu respiración… cerrando tus ojos o respirando profundo relaja tu cuerpo profundamente… cierra tus ojos y descubrirás que es posible relajarte cuando tú quieras… nadie te va a decir que lo estas logrando muy bien… y así sumergido en ese río de paz y serenidad, aprendas y disfrutes… que experimentes tu propia sensación de caminar hacia la serenidad, hacia tu felicidad deseada… respira profundo toma consciencia de ti mismo.