Son las 3 de la madrugada. Estás acostada en la cama junto a tu marido cuando de repente sientes que permanece inmóvil, casi paralizado. Notas que no hace el más mínimo ruido, y lo más preocupante: parece no estar respirando. Casi por instinto, le golpeas para tratar de que reaccione, logrando por fin que vuelva en sí emitiendo un fuerte ronquido.
La apnea del sueño es un problema bastante común, sobre todo en el caso de los hombres. Como podemos ver, consiste en la detención momentánea de la respiración de forma involuntaria, la cual ocurre mientras estamos dormidos. Dicha parada no suele tener una duración muy larga, siendo generalmente de varios segundos, de manera que la persona vuelve a recuperar su ritmo respiratorio normal por sí misma a los breves instantes.
Para comprenderla un poco mejor, baste decir que existen dos tipos de apnea: la apnea central y la obstructiva. La primera de ellas suele ser la más complicada, pues se debe a un problema relacionado con el sistema nervioso central. Al parecer, este no estaría regulando adecuadamente la función respiratoria, razón por la cual aparecería la interrupción.
En el caso de la apnea obstructiva, la dificultad suele estar relacionada con algún tipo de bloqueo en las vías aéreas superiores, de manera que el problema no sería “cerebral” sino proveniente de algún tipo de malformación en el conducto nasobucal. Este tipo es el más frecuente, y es muy típico de personas obesas y fumadoras.
Desde el punto de vista de nuestra salud física y mental, la consecuencia más grave que acarrea esta disfunción tiene que ver con la falta de descanso que manifiestan estas personas durante el día. La explicación se encuentra en que, al aparecer el episodio de apnea (pueden ser varios durante la noche), el individuo se despierta ligeramente casi sin percibirlo. Así, muchas veces termina por dormirse y despertarse innumerables veces durante su período de sueño, de forma que nunca acaba por alcanzar sus últimas fases en las que se logra el verdadero descanso.
Es aconsejable en estos casos una revisión médica completa del problema, considerando también los posibles factores psicológicos involucrados, los cuales muchas veces acaban por tener una influencia relevante.