Joaquín Sorolla: Las tres velas, 1993. Colección privada
La luz del Faro oscila entre el mar y la tierra. De frente, el mar imaginado bajo la noche oscura. A espaldas, los montes llenos de amarillos, violetas, morados. Este es el paisaje al que llegan las voces de la noche, también ellas oscilando entre la generosidad de esa mujer que va a vender su casa para curar a su hijo y las disquisiciones sobre las inconveniencias del vello femenino en según qué partes. De fondo, superpuesto al soniquete de la escollera, hay un rumor de marcha nupcial que concita parabienes y cansancios. Todo está bien y el mar en calma.