La carne de ave ocupa un papel destacado en nuestra cocina. Dentro de este tipo de carne englobamos muchos animales.
Las aves se dividen en dos grandes grupos:
Corral (gallina, pollo, pato, paloma, pularda, pavo y pavipollo)
Salvajes (faisán, codorniz, perdiz, patos, gansos y ocas).
Algunas especies se crían tanto en corral como de forma salvaje, y muchas de las salvajes ya se crían en granjas
Una de las aves más consumidas es la de pollo, por precio, tradición y sabor, aunque en la actualidad el consumo de carne de pavo está muy extendido.
Las posibilidades de preparación son muy variadas: plancha, rebozadas, asadas, hervidas, rellenas o salteadas y dependerá del tipo de ave y formato (entero, troceado, fileteado…)
Hace algún tiempo en “curiosidades gastronómicas” escribí sobre la carne de ave en nuestra cocina: Conservación, consumo, manipulación, valor nutritivo…. (ver aquí)
Hoy vamos a conocer las diferentes clases de pollo y como prepararlo.
Las diferencias y nombre vienen marcadas por la edad y el sexo.
Los picantones:
Pollos pequeños de medio kilo aproximadamente. Carne tierna y sabor suave.
Podemos prepararlo al horno o parrilla.
Pollo tomatero:
Un poco mayor, su peso se aproxima al kilo. Su carne es delicada y muy sabrosa.
Se prepara igual que los picantones.
La pularda:
hembra de ocho meses, pesa alrededor de los dos kilos. Con una carne tierna y muy sabrosa.
Perfecta para asar o preparar un guiso.
El capón:
macho castrado con un peso de más de tres kilos. Presenta gran cantidad de grasa entreverada, lo que lo hace ser muy sabroso.
Perfecto asado o relleno.
Gallina:
hembra vieja del pollo, su carne es dura pero muy sabrosa.
Se usa especialmente en guisos y caldos.