Título: La casa de los mil pasillos.
Título original: House of many ways.
Autor/a: Diana Wynne Jones.
Nacionalidad: Británica.
Editorial: Nocturna Ediciones.
Idioma original: Inglés.
Año de publicación: 2008.
Páginas: 328.
Presentación: Rústica con solapas.
ISBN: 978-84-937396-9-0
Es autora de más de cuarenta novelas y una de las principales voces de la literatura fantástica actual. Licenciada en Filología Inglesa por la universidad de Oxford, de joven asistió a conferencias de J. R. R. Tolkien y C. S. Lewis. En 1977 publicó la primera parte de su serie Los mundos de Chrestomanci. Nueve años después apareció su novela El castillo ambulante, que fue llevada al cine en una adaptación de Hayao Miyazaki, cuya historia prosiguió en El castillo en el aire (1990) y La casa de los mil pasillos (2008, Nocturna, 2010). Ha recibido numerosos premios, entre ellos el Mythopoetic Fantasy Award for Children’s Literature en dos ocasiones (1996 y 1999), un Karl Edward Wagner Award (1999) y un World Fantasy Award for Life Achievement (2007). Cristal embrujado (2010, Nocturna, 2011) es su más reciente novela.
La vida de la joven Charmain Baker es, esencialmente, respetable. Sus días transcurren con una calma que sólo se ve alterada por las aventuras de los libros de los que apenas saca la nariz. Y entonces, un día, su tía Sempronia le anuncia que ha de ir a cuidar la casa de su tío (un tal William que, por lo visto, es mago) mientras él está fuera.
Charmain, emocionada por hallarse al fin ante su propia aventura, parte de inmediato. Pero cuando llega a la casa, se topa con un laberinto de habitaciones extrañas a las que se accede según unas instrucciones mágicas muy precisas. Hay elfos, jardineros de color azul, comidas que se sirven solas, libros de hechizos para aprender a volar y, en fin, todo lo que puede haber en la casa de un mago. Pero también hay pilas y pilas de platos sucios, encantamientos que salen mal y un joven aprendiz de carácter despistado que afirma venir en busca del mago William.
En resumen, algo para lo que ningún libro la había preparado.
Si quieres leer las primeras páginas, las puedes encontrar aquí.
Este es el tercer libro que cierra la trilogía que comenzó con una de mis obras favoritas, El castillo ambulante, y continúa con El castillo en el aire. Sin embargo, son libros que pueden ser leídos independientemente porque lo que los une es el mundo fantástico en el que se desarrollan (yo misma no me le leído el segundo). Concretamente, en La casa de los mil pasillos sí aparecen los personajes principales de El castillo ambulante, como el mago Howl o Sophie, pero no es necesario conocerlos para entender la historia. A mí me sorprendió que formaran parte de este libro y me hizo mucha ilusión saber cómo continuó su historia. Me resultó parecido a esos cameos que hacen famosos para series de televisión.
La forma que tiene Diana Wynne Jones de narrar me encanta. Se caracteriza por su sencillez, exactitud y frases cortas e ingeniosas. Es coherente y no se sale en ningún momento de la historia principal llenando hojas y hojas de hechos que no vienen al caso o largas descripciones que bien podrían ser omitidas. Sus historias siempre son tiernas a la par que cómicas por lo que no tienen desperdicio alguno.
El libro comienza con un breve diálogo entre tía Sempronia, acostumbrada a salirse con la suya, y la señora Baker, una mujer más que respetable, sobre la hija de ésta última, la joven Charmain Baker. Tía Sempronia se ha propuesto mandarla a cuidar del tío abuelo William durante una temporada, un mago cuyo estado de salud se ha visto seriamente dañado en los últimos tiempos. Por su parte, Charmain, a pesar de encontrarse en la misma habitación, está tan concentrada en leer y comer que no las escucha en absoluto. Porque no hay nada en el mundo que le gusten más que leer y comer.
Ambas miraron al otro lado del salón, donde estaba sentada la hija de la señora Baker, enfrascada en un libro, como siempre, con su largo y delgado cuerpo inclinado bajo la luz del sol que entraba por entre los geranios de la señora Baker, con su melena pelirroja recogida en una especie de nido de pájaros y sus gafas colgando de la punta de la nariz. Tenía en la mano una de las jugosas empanadas de su padre y la masticaba al tiempo que leía. No dejaban de caer migas sobre el libro y ella las apartaba con la empanada cuando aterrizaban en la página que estaba leyendo.Charmain es una joven que ha estado súper protegida por sus padres (en especial, su madre), sin permitirle cometer errores que pudieran comprometerla. Por eso, el cuidar del tío abuelo William es su oportunidad de escapar del control de sus padres y poder volar libre y vivir su propia vida (como la mayoría de adolescentes). Antes de partir, escribe una carta dirigida al Rey donde expresa su deseo de trabajar en su biblioteca como ayudante. Sabe que esa carta no será tomada en cuenta, pero al menos lo intenta ya que prefiere estar rodeada de libros que cuidando a un hombre que ni siquiera conoce. Es su as en la manga.
Al principio, lo único que le preocupa es no tener nociones básicas de magia porque en su colegio (muy respetable) no se impartían ese tipo de clases (muy poco respetables)... No obstante, pronto se dará cuenta que es el menor de sus problemas.
Nada más entrar en casa del tío abuelo William y saludarlo, varios elfos enviados por el Rey se lo llevan para curarlo, dejando a la pobre Charmain sola al cargo de una casa donde lo más normal puede convertirse en una odisea. Al entrar en la cocina, descubre pilas de platos sucios y sacos de ropa para lavar por todos lados de lo que se supone que se tiene que encargar. Esto sería fácil de no ser por la personalidad de Charmain. Para mí simplemente es una chica demasiado mimada que jamás ha hecho algo tan simple como freír un huevo o lavar un plato por vaguería más que por ignorancia (siento ser así de dura, pero hasta la propia Charmain lo reconoce). La verdad, es que es lo que menos me ha gustado del personaje: su constante vaguería. En algún punto del libro llega a agotarte la paciencia porque cada vez que la realidad la supera se refugia en la lectura y pasa de todo. Para quienes sí hayáis leído El castillo ambulante os habréis fijado que Sophie y Charmain son completamente diferentes. Su único punto en común es su carácter fuerte, por lo demás Charmain es egoísta, vaga y desordenada, aspectos que no se pueden atribuir a Sophie, la que recordemos que dejó reluciente un destartalado castillo en poco tiempo.
«¡Ah! El lavadero —pensó—. Creo que hay que meter las bolsas de colada en el recipiente y hervirlas, pero ¿cómo? Empiezo a pensar que hasta ahora he llevado una vida entre algodones».Charmain tendrá que lidiar con los kobolds que trabajan en la casa (pequeños seres azules de gran nariz a los que inmediatamente denominé "pitufos"), chimeneas que escupen pompas de jabón, el ataque de un lubbock (una criatura agresiva con la que es mejor guardar las distancias) y una perrita mágica un tanto glotona llamada Waif que aporta un punto tierno a la historia. A todos estos contratiempos hay que sumar la aparición de Peter Regis, un chico de la misma edad de Charmain que dice ser el nuevo aprendiz del tío abuelo William.
Peter no es como Charmain. El pobre tampoco saber hacer gran cosa pero al menos lo intenta; así que a menudo se encontrará tirando de Charmain para que colabore con las montañas de platos sucios o los sacos de ropa que parece que se multiplican (aunque dichas actividades sean poco respetables). También le dará muchísimos dolores de cabeza por su torpeza con la magia creando situaciones cómicas. Lo peor de este personaje es que muchas veces se ve obligado a callarse por culpa del mal genio de Charmain.
Lo que más me ha gustado del libro ha sido, como dije al comienzo, la aparición de viejos amigos. Fue una auténtica sorpresa porque ni siquiera me había planteado la posibilidad de que fuera posible. En cuanto salieron a escena Howl, Sophie y Calcifer robaron todo el protagonismo al resto de personajes. Howl con su picardía, Sophie con su dinamismo y Calcifer siendo ese demonio de fuego que tanto me gusta y me hace de reír.
En resumen, es un libro cortito y perfecto para pasar un rato entretenido y perderse por sus páginas de la misma forma que Charmain devora libros.
7/10Quizá haya echado en falta una pequeña dosis de romanticismo, ¿vosotros no?
¿Qué os ha parecido? ¿Conocíais la trilogía?