La casa del mal

Me encantan las películas que empiezan con una familia idílica y feliz que se quiere mudar de casa. En esos primeros minutos, siempre tengo ganas de reírme de ellos y soltar algo así: ¡Ahora sois muy felices, pero ya veremos dentro de media hora de película!". Porque estas cosas nunca acaban bien.Y es que comprar una casa sin saber nada sobre ella es uno de los mayores errores que cometen los americanos en las películas. Una casa tiene mucha historia y si la película es de miedo, esconde algo terrible. Por eso nunca deberíamos ir a lo loco y comprar la primera que visitemos. "Oh, Josh, es perfecta para nosotros... Exactamente como imaginaba aquel verano después de la universidad, cuando yo era camarera y tú empezabas como asociado de primer año en Wallet & Brown. Siempre supe que lo conseguiríamos, cariño".

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