Revista Cultura y Ocio

La chica del tren, ese fenómeno

Publicado el 03 septiembre 2015 por Luisasantamaria

Vaya por delante que la crítica que estoy a punto de plasmar a continuación la hago como lector, pues jamás se me ocurriría juzgar el trabajo de otro novelista teniendo tan solo 4 años de experiencia en el campo. Dicho esto, como lector seré implacable, pues estamos hablando del best-seller del verano. Como tal lo leí, y como tal voy a valorarlo.

tren

Como digo, se trata del libro del verano. Entres en la librería que entres, es la novela estrella. El rey de los escaparates. Pero dejemos a un lado el punto marketiniano (muchas veces engañoso), y pasemos a desgranar su interior. La chica del tren se puede definir como una intriga pesimista. Una explosión de dramas donde la rutina más letal del día a día se convierte en el villano, o, más aún, el auténtico protagonista de la acción.

Escrito en primera persona del presente, la novel Paula Hawkins nos presenta algo parecido a los diarios de tres mujeres en su treintena, Rachel, Megan y Anna, entremezclados en capítulos muy breves que consiguen dar con la máxima del suspense: enganchar al lector. Rachel es una joven alcohólica que ha perdido todo lo bueno que tenía en su vida. Ha descuidado su físico y su trabajo, y se dedica a viajar en tren por simple placer. Todos los días el mismo tren, y todos los días a la misma hora. Se divierte observando las mismas casas y a quien vive en ellas. Imagina sus vidas e incluso se inventa nombres para ellos. Un ejercicio morboso bastante deprimente. Un día, se comete un asesinato en ese barrio que ella conoce tan bien. Y sin saber muy bien cómo, termina involucrada hasta el fondo.

Debo reconocer que me costó coger el gusto a la novela. Como autor, no soy demasiado amigo del presente singular, y no puedo evitar sentirme incómodo enfrentándome a los pensamientos de una mujer joven y desgraciada. Y con desgraciada me quedo corto, porque las tres protagonistas de La chica del tren comparten un denominador común: son infelices, grises e inseguras. No negaré que Hawkins ha conseguido crear caracteres con gran personalidad, abrumadoramente reales. Pero cuesta coger simpatía a Rachel, o a Megan, o incluso a cualquier secundario. La novela engancha, la trama es tan interesante como sencilla, y la progresión es evidente, pero como lector no he sentido emoción con ningún personaje, porque simplemente, no me caen bien.

El final, aquí sí, está magistralmente cerrado. No es el desenlace más sorprendente del mundo, pero es creible, emocionante y, en definitiva, satisfactorio. No cabe duda de que la novela va de menos a más.

En resumen, no me parece una novela con el nivel para convertirse en el best-seller que ha resultado (personalmente, este año he leido libros mejores), pero es original, escrita con destreza, y, lo más importante, atrapa tanto que cuesta dejar de leer. ¿Que si lo recomiendo? Sin lugar a dudas. No es un libro que vaya a recordar con gran emoción en el futuro, pero ha resultado una buena experiencia viajar por las vías de tren de las afueras de Londres.

  • Lo mejor: El ritmo frenético que no concede un respiro. El emocionante desenlace, cerrando todos los cabos sueltos y dando sentido al libro en su conjunto.
  • Lo peor: El pesimismo que rodea a absolutamente todos los personajes, así como el mundo en el que se mueven. Son caracteres reales y con personalidad, pero tristes y aburridos. Muy aburridos.

LA CHICA DEL TREN, ESE FENÓMENO

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