Revista Cultura y Ocio

La chica del verano. La Vecina Rubia

Por Mientrasleo @MientrasleoS
La chica del verano. La Vecina Rubia

     "Me gustaban las estrellas y era muy buena en mi profesión. Por eso, en la redacción, aunque mucha gente se lo tomaba a broma, todos acababan por pedirme un adelanto de cómo iría su semana antes de que yo lo publicara".

     No he caído en mirar a ver los domingos que faltaban para el siguiente verano cuando leí este libro, pero solo con esa frase muchos sabrán a quien me refiero. Hoy traigo a mi estantería virtual La chica del verano.

     Plantear la sinopsis de una tercera parte sin descubrir nada de las dos primeras tiene un punto de complicación, así que en este caso vamos comenzar por lo básico: conocemos a la narradora de la novela. Porque si ya os había dicho en las dos entregas anteriores que el gran mérito del libro había sido convertir a La vecina rubia en un personaje capaz de recoger cada guiño de redes, en esta tercera entrega el personaje trasciende y se convierte en persona (aunque lo haga realizando el camino inverso). Será en esta novela en la que la narradora plantee lo que supone llevar un perfil de alto impacto desde el anonimato; la forma en que surge, el crecimiento que pilla casi por sorpresa, el estrés por ser capaz de llegar a cada persona y, sobre todo, la sensación de no estar siendo sincero con tu entorno debido a que se oculta una parte que cada vez cobra más importancia en tu vida. Así que, si en algún momento alguien ha sentido curiosidad por el "intramuros", va a ser muy feliz con esa parte de la historia.

     Sin embargo esta novela de lo que trata es del camino que te obliga a convertirte en un adulto, un camino que llega de forma inexorable con temas que casi siempre terminan con "pasar tu vida"; ya sea la persona con la que, el trabajo con el que, o la decisión que vaya tocando tomar dependiendo del momento. Se convierte de este modo el libro en una experiencia más cercana a los sentimientos duraderos y aborda el complejo tema de la maternidad. Porque esta es una novela que explora las diferentes maternidades; desde la no deseada hasta la frustrada, de la perdida a la ilusionada y entra de lleno en un tema que poco a poco va tomando luz como es el de las mujeres que pierden un hijo cuando aún son gestantes y como se les trata en su entorno y sociedad.

     No voy a contar, porque bastante he dicho ya, la deriva de cada uno de los personajes que son viejos conocidos para algunos pero que perfectamente pueden ser nuevos añadidos, ya que la novela se puede leer de forma independiente, pero sí me gustaría señalar que, al igual que todos ellos se ven más maduros, también lo hace la prosa dejando ver una clara evolución desde  aquel "Y sin tener la más mínima idea de lo que era el amor, me enamoré hasta las trancas" con el que comenzaba su historia en 2021. En esta entrega la autora baja la intensidad del entusiasta tono de la juventud y los combina con una reflexión pausada que prefiere alargar los momentos a las acciones, cediendo, quizás más que nunca, su espacio al de aquellos que la rodean. Consigue de este modo dar la imagen de una persona normal, que incluso tiene una vecina rubia, pero avanza un paso más. Esta vez las lectoras de su novela no van a mirar a la chica rubia que camina por la calle pensando que tal vez sea ella, ahora pensarán "esta podría ser yo" y lo harán señalando a Laux, a Lucía, a Sara o, por qué no, a La Vecina Rubia.

     La chica del verano es una novela entretenida con la que pasar buenos ratos. Siempre voy a defender la literatura como hobbie, porque si eso no fuera así, perdería su esencia. 

     Y vosotros, ¿qué libro estáis leyendo?

     Gracias.


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