La CIA está financiando un estudio científico que investiga si los seres humanos pueden llegar a valerse de la geoingeniería para alterar el medio ambiente de la Tierra y frenar el cambio climático. La Academia Nacional de Ciencias (NAS) ejecutará el proyecto de 21 meses cuyo coste total es de 630.000 dólares, y que pasa por ser el primer estudio de geoingeniería de la entidad financiado por la agencia de Inteligencia.
Por otro lado, Edward Price, portavoz de la CIA, se negó a confirmar el papel de la agencia en el estudio, pero dijo: “Es natural que en un tema como el cambio climático, la Agencia trabajará con los científicos para comprender mejor el fenómeno y sus implicaciones en la seguridad nacional.” La CIA supuestamente cerró su centro de investigación sobre el cambio climático y la seguridad nacional el año pasado, después de que miembros del Partido Republicano del Congreso argumentaron que la CIA no debe considerar el cambio climático. El objetivo del estudio de la NAS es respaldado por la CIA para llevar a cabo una “evaluación técnica de un número limitado de técnicas de geoingeniería propuestas”, según el sitio web de NAS. Los científicos intentarán determinar qué técnicas de geoingeniería son factibles y tratar de evaluar los impactos y riesgos de cada uno (incluyendo las “preocupaciones de seguridad nacional”). Uno de los métodos de geoingeniería propuesto en el estudio analizará el bombeo de partículas a la estratosfera para reflejar la luz solar entrante lejos del planeta. En teoría, el manejo de la radiación solar podría llevar a una tendencia del enfriamiento global que podría revertir o al menos frenar el calentamiento global. El estudio también investigará propuestas para eliminar el dióxido de carbono de la atmósfera . Al menos una persona ha intentado modificar el clima. Russ George, el ex director de Planktos, una empresa que se dedica a desarrollar tecnología para hacer frente al calentamiento global, sembró con hierro el Océano Pacífico frente a Canadá, para generar una floración de plancton que, a su vez, debía absorber el dióxido de carbono del aire. El esfuerzo de George fue ampliamente condenado, pero en la actualidad hay muy poco para detener a otros individuos o países que tratan de hacer algo similar. Eso es parte de lo que ha interesado a la comunidad de inteligencia de EE.UU. La decisión de la CIA para financiar el trabajo científico sobre la geoingeniería, sin duda, llamará la atención a los teóricos de la conspiración.
Fuente: Slate