Los griegos y los romanos comían col con regularidad porque, tan aficionado como eran a los festines gastronómicos, esta verdura les ayudaba a proteger su estómago y a depurar su maltrecho hígado.
Corazón a prueba de sustos
Los entendidos relacionan el alto consumo de col y , en general de crucíferas (coliflor, brócoli, etc.), con bajas concentraciones de homocisteína. Mantener estas sustancias bajo control es de sumo interés, |a que las tasas altas disparan el riesgo de sufrir un ataue al corazón o un ictus.
Un alimento anticancerígeno
También destaca por su contenido en unos compuestos azufrados, los responsables del olor que desperende al cocinarse, que protegen frente al cáncer y tienen propiedades balsámicas y expectorantes.
En dietas de control de peso
Además de diuréticas y ligeras-el 90% de su peso es agua-, la col resulta saciante, debido a su alto aporte de fibra. Una ración proporciona el 20% de la cantidad que se necesita a diario. Para bajar de peso, eso sí, deberás aliñarla con poco aceite.
En jugo, mejora las úlceras
El consumo diario de col cruda en ensalada o jugo-medio vaso antes de cada comida-actúa como antiácido natural y un excelente cicatrizante de las úlceras del estómago o del intestino (colitis ulcerosa).
La guarnición de la carne grasa
Precisamente por su contenido de fibra, la col reduce la absorción de grasas, colesterol incluido, en el intestino. Por eso, es buena idea servirla como guarnición de la carne de cerdo, pato o cordero
¿Te sienta mal?
Si no la quieres comer cruda, como resulta más digestiva y mejor se aprovecha su contenido en vitamina C y ácido fólico prueba condimentarla con comino o con semillas de culantro, dos hierbas carminativas que ayudan a prevenir los gases
EL DATO. Sus hojas carnosas se presentan a preparaciones muy originales. Pueden utilizarse para forrar moldes, envolver rellenos de carne picada...