áreas, algo parecido a los procesadores de nuestros smartphones, que tienen zonas que se encargan del procesamiento gráfico, otras de los cálculos, otras de la integración de datos, etc. Nuestro cerebro también se divide en áreas, y seguro que muchos de vosotros recordaréis que en la zona occipital por ejemplo es donde se gestiona la visión. El área del habla y del lenguaje se encontraba más o menos localizada tal y como podéis ver en la imagen, pero un reciente estudio publicado en Nature demuestra que el lenguaje no tiene un área tan específica en el córtex como se creía.
La forma en la que los humanos comprenden el lenguaje, las palabras, los dobles significados, etc. es mucho más complicado de lo que se creía en un principio. Hasta ahora se habían realizado estudios un poco más toscos, analizando qué regiones se activaban ante palabras o frases cortas. Como dicen los investigadores, los estudios que se habían realizado hasta ahora serían equivalentes a mirar el mundo a nivel de países con el google maps, mientras que los nuevos estudios equivaldrían a mirar el mundo a nivel del conocido street view, con detalle nunca visto hasta ahora.
Ejemplo de imagen del software utilizado para el estudio.
Concretamente en el estudio se han monitorizado entre 60000 y 80000 regiones del tamaño de un guisante distribuidas por todo el córtex cerebral mientras los sujetos de experimentación escuchaban relatos y narraciones complejas, reales. Mediante un programa de ordenador registraban qué áreas se activaban cuando en el relato aparecían distintas palabras que significaban lo mismo, o cuando aparecía una misma palabra repetidas veces. En ambos casos nunca se activaba la misma área del cerebro y las neuronas activadas se dispersaban a lo largo de la corteza. En algunos casos las zonas activadas en los 7 sujetos de estudio fueron parecidas para un mismo concepto pero podría justificarse por haber tenido experiencias cognitivas comunes al ser educados en una zona geográfica cercana y con unas costumbres determinadas. La idea es repetir el estudio con más participantes, entre 50 y 100 y por supuesto desarrollar un método de medida que sea más simple que un aparato de resonancia magnética.Lo que queda claro de este estudio, al menos en el área del lenguaje es,que si bien es cierto el proceso de escucha de sonidos y procesado se localiza en un área concreta (de forma similar a la foto que encabeza la entrada) la interpretación, el entendimiento y la comprensión se dispersa porque nuestro cerebro tendrá que recurrir, seguramente, a conexiones relacionadas con el aprendizaje, la memoria a corto plazo y a largo plazo, etc.
A.G. Huth et al. Natural speech reveals the semantic maps that tile human cerebral cortex. Nature. Published online April 27, 2016. doi: 10.1038/nature17637